TIERRAMÉRICA
Cómo expiar los pecados de la producción vacuna

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POR MARIO OSAVA
RÍO DE JANEIRO, (Tierramérica). La carestía alimentaria y el recalentamiento global han puesto en evidencia algunos males de la ganadería, como su elevado consumo de proteína vegetal para generar poca carne y su papel en la contaminación climática.

Por culpa de la ganadería bovina, Brasil está entre los mayores emisores mundiales de gases de efecto invernadero, pues la actividad penetra en la Amazonia y provoca la mayor parte de la deforestación. Según el primer inventario nacional, de 1994, la tala representa 75 por ciento de las emisiones brasileñas de gases que recalientan la atmósfera.

La destrucción de bosques, acelerada desde los años 80, coincide con la expansión ganadera. De 1994 a 2006, el rebaño vacuno creció de 158 a 205 millones de cabezas, y 82 por ciento de ese aumento se dio en la Amazonia, según el estudio «El reino del ganado» de la organización ambientalista Amigos de la Tierra-Amazonia Brasileña, divulgado en enero.

El ganado amazónico –73,7 millones de cabezas en 2006– ocupaba 74 por ciento de toda el área deforestada.

Pero la causa original de la deforestación no es la ganadería, sino la falta de estímulos para una producción sustentable en la Amazonia, alega Mario Menezes, director adjunto de Amigos de la Tierra y coautor del estudio. Sin ordenamiento agrario, control estatal y políticas de fomento productivo, la «expansión es desordenada», dice a Tierramérica.

La mayor parte de las tierras amazónicas son públicas, pero el gobierno no las controla, y muchos ganaderos las ocupan ilegalmente y gastan muy poco en eliminar los bosques, corrobora Paulo Barreto, investigador del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia.

Mientras, recuperar pastizales degradados cuesta dos veces y media más, agrega.

Con una productividad de poco más de una cabeza por hectárea, la ganadería brasileña tiene hambre de tierras baratas. Deforestar casi sin riesgo de sanción es el camino lógico.

En la Amazonia, además, el vacuno encontró «sol, calor y agua todo el año», lo que favorece una carne más barata, «competitiva pese a la distancia» de los centros industriales, dice a Tierramérica el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil, Assuero Veronez.

Atribuir tres cuartos de los gases invernadero a la deforestación es erróneo, considera Veronez, porque el cálculo incluye toda la biomasa del área, olvidando que antes de las «quemadas» (incendios forestales), se saca la madera útil y luego quedan muchos residuos, por lo que arde sólo «30 a 40 por ciento de la biomasa original».

Tito Díaz, oficial de Salud y Protección Animal de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en América Latina, también destaca que «los pastos fijan carbono en sus raíces» en un volumen «bastante considerable que no se toma en cuenta».

Pero ahora «todo está prohibido» por cuestiones ambientales, lo que provoca un «estrangulamiento de la economía amazónica», se queja Veronez.

La presión se intensifica. El Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC) inició en marzo la campaña «Cambia el consumo para no cambiar el clima», exhortando al público y a los supermercados a exigir el rastreo de la carne y el rechazo de la proveniente de ganado que haya contribuido a la deforestación.

Según Lisa Gunn, gerenta de Información del IDEC, la carne vacuna «no es sustentable» porque resulta de la conversión de una cantidad mucho mayor de alimento y proteína vegetal, además de exigir demasiada tierra. Pero sólo es posible «cambiar hábitos gradualmente», por eso «recomendamos reducir el consumo» en lugar de eliminarlo, dice.

En una ganadería pastoril como la sudamericana se produce un kilogramo de carne con 18 a 20 kilos de pastos, mientras en corral, usando granos, se necesitan seis a ocho kilos de alimento, apunta Francisco Santini, veterinario del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina.

El ganado confinado ocupa menos espacio, pero también provoca deforestación, ya que se alimenta de soja, de la que Brasil y Argentina son grandes productores. Ese efecto se evidencia en el aumento del área deforestada en la Amazonia cada vez que sube el precio internacional de la soja.

Hay que sumar también el metano liberado por la fermentación intestinal de los rumiantes y el óxido nitroso de los excrementos, gases emitidos en menor cantidad, pero que tienen, respectivamente, 21 y 300 veces más efecto invernadero que el dióxido de carbono de los bosques quemados.

En Argentina la ganadería cedió a la agricultura 11 millones de hectáreas en los últimos 14 años, manteniendo un rebaño de 54 millones de cabezas. Las emisiones de metano se redujeron aumentando la alimentación con granos, observó Santini.

Argentina podría quedarse sin merluza
Por Marcela Valente

BUENOS AIRES, jun (Tierramérica)  Un plan urgente del Estado argentino es lo único que podría salvar a la merluza común (Merluccius hubbsi), primer producto pesquero de exportación en este país, sostienen especialistas.

Se necesita reducir aún más la captura, distribuir más equitativamente las cuotas, mejorar el sistema de información y control y asistir al sector para afrontar una crisis inevitable, afirmó la Fundación Vida Silvestre Argentina.

También se debe añadir valor al producto, con mayor procesamiento industrial, para que no se sienta tanto el impacto de las menores capturas, sobre todo en el empleo de unos 12.000 trabajadores.

Un documento que la Fundación publicó este mes y entregó a autoridades, legisladores, empresarios y sindicalistas de la pesca, afirma que el Estado debe implementar un plan para la recuperación «urgente» de la merluza y establecer un modelo sustentable con reglas claras.

 También reclama a las empresas explotadoras que asuman «una mayor responsabilidad ambiental y social», respetando los límites establecidos y participando en la planificación de actividades para evitar que la merma siga afectando a la industria.

«A comienzos de año, por escasez del recurso, tuvimos que cerrar la planta de procesamiento de San Antonio Oeste, en (la sureña provincia de) Río Negro», declaró a Tierramérica Gerardo Ditrich, de la empresa Alpesca, dedicada a la venta de merluza. La fábrica tenía 270 empleados.

Las exportaciones pesqueras argentinas superaron 1.100 millones de dólares en 2007, según datos oficiales. La mayoría corresponde a merluza común. Le siguen  calamares y langostinos, todas especies del océano Atlántico Sur, destinadas sobre todo a Brasil, España e Italia.

Pero la falta de control del Estado y la pesca exagerada llevaron, en los últimos 20 años, a que la población adulta de merluza se redujera 70 por ciento, aseguró la Fundación. Desde 2003, el alza de precio internacional –de 166 por ciento en cinco años– acentuó la tendencia.  

De las 44.352 toneladas de merluza exportadas en 2002 se pasó a 156.300 en 2006. Para 2007, las restricciones provocaron una caída a 138.800 toneladas, pero no se sintió en los ingresos, que fueron mayores por los precios elevados.

El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Gerardo Nieto, reconoció a Tierramérica que la actividad «afronta dificultades que requieren un manejo razonable del recurso» y aseguró que el Estado trabaja para conseguirlo.

«En base a las capturas máximas permitidas distribuimos cuotas por barco y vigilamos las zonas de veda. Adoptamos medidas para contener la act   vidad, pero hay factores inmanejables”.

Breves
MÉXICO
Agoniza vaquita similar a delfín

MÉXICO.  No dieron resultado los esfuerzos para evitar la extinción de la vaquita marina (Phocoena sinus), especie similar al delfín y endémica en México Entre 1999 y este año, su número se redujo de 600 a 150 ejemplares.

La vaquita está a punto de desaparecer y «sólo medidas drásticas la salvarán», dijo a Tierramérica Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de Océanos de la oficina mexicana de Greenpeace.  El gobierno anunció unos 16 millones de dólares en programas.

BRASIL
Tímido proyecto sobre el clima

RÍO DE JANEIRO.  Brasil ya tiene un proyecto para crear la Política Nacional sobre el Cambio Climático, definido por comisiones interministeriales y enviado al Congreso legislativo como parte de las celebraciones gubernamentales del Día Mundial del Ambiente, el 5 de este mes.

Pero es tímido, limitado a principios de las convenciones internacionales, sin fijar objetivos concretos, según Rubens Born, coordinador de Clima del Foro Brasileño de Organizaciones No Gubernamentales y Movimientos Sociales para el Ambiente.

HONDURAS
Estudian ley de manejo de basura

TEGUCIGALPA. El Congreso legislativo de Honduras se apresta a discutir una ley para regular y reciclar basura, especialmente en las zonas urbanas, dijo a Tierramérica Roberto Micheletti, presidente del parlamento.

La ley, que sería aprobada a fines de este año, buscará optimizar el uso de los desechos sólidos, eliminar los vertederos al aire libre y lograr participación de las comunidades en el manejo de los residuos.

El proyecto contempla multas y sanciones a quienes contaminen con basura, obligando a las empresas fabricantes de bebidas gaseosas y agua potable a crear recolectores.

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