Tierramérica
Europa ya tiene dengue autóctono

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JULIO GODOY
PARÍS, sep (Tierramérica)
Los dos primeros casos de dengue europeo, reportados a mediados de este mes en el sur de Francia, confirman las aprensiones de ambientalistas y epidemiólogos: el calentamiento global y el transporte internacional empujan la globalización de enfermedades otrora regionales.

El dengue fue siempre una enfermedad de las áreas tropicales de África, Asia y América Latina. Pero la creciente densidad del tráfico internacional, que habilita la migración de larvas del mosquito vector (del género Aedes), y las condiciones creadas por el cambio climático en áreas que no eran hábitat de ese insecto, permiten que la fiebre se propague por regiones subtropicales y templadas.

Las dos personas que contrajeron dengue, un adulto de 64 años y un joven de 18, son vecinos del mismo barrio de la sudoriental ciudad francesa de Niza, unos 700 kilómetros al sur de París. Ambos enfermaron en territorio europeo por la picadura del mosquito tigre (Aedes albopictus), vector del virus.

Este mosquito es una de las especies Aedes que transmiten dengue, junto con el Aedes aegypti. Se lo detectó en Europa hace cinco años y se ha extendido por Italia, España y el sur de Francia y Alemania.

Aunque las autoridades reportaron al menos otros 13 casos sospechosos de dengue autóctono en Niza, el Institut de veille sanitaire (Instituto de Vigilancia Sanitaria, InVS) sostiene que no se trata de una epidemia.

En el mundo ya han aparecido casos en zonas tan septentrionales como la ciudad de Denver, en el centro de Estados Unidos, y tan australes como los bosques subtropicales de Paraguay y Bolivia, en América del Sur, dijo a Tierramérica la especialista Elena Villalobos, de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Aedes también está presente desde hace unos años en Uruguay y Argentina.

“El calentamiento global crea las condiciones ideales para la supervivencia de las larvas del Aedes en regiones del mundo donde hasta hace poco era exótico”, apuntó Villalobos.

Para Dominique Dejour-Salamanca, responsable del programa de vigilancia del dengue del InVS, «es inevitable que el mosquito tigre se vuelva endémico en Europa”. Pero la probabilidad de una epidemia en el continente es marginal.

El InVS registra cada año cientos de casos de personas que se contagiaron en el Caribe o en África oriental, en particular en los territorios franceses del océano Índico, las islas Reunión y Mayotte, que en 2006 soportaron una epidemia extraordinaria de chikunguya, una fiebre con algunos síntomas similares al dengue, también transmitida por mosquitos.

Desde el 1 de mayo, el InVS registró más de 260 posibles casos de dengue en Francia, y 108 de ellos fueron confirmados en laboratorio. Excepto los de dos de Niza, los demás contagios se produjeron fuera de Europa, por ejemplo en las islas caribeñas de Guadalupe y Martinica, donde una epidemia causó al menos 17 muertos en los últimos seis meses.

«Los casos de Niza no son una sorpresa”, dijo a Tierramérica el epidemiólogo Klaus Stark, del Instituto Robert Koch, de Berlín, especializado en enfermedades tropicales.

Se encontró mosquito tigre en zonas tan alejadas de los trópicos como el pueblito de Rastatt, en el sureño estado alemán de Baden-Würtemberg, unos 600 kilómetros al norte de Niza, dijo Stark.

En Alemania cada año se reportan entre 200 y 300 casos, todos importados, según Stark. Pero, como Dejour-Salamanca, él no teme una epidemia europea. «Seguramente el número real de enfermos alcanza las mil personas. A pesar de eso, la situación no es dramática”.

El mosquito necesita condiciones climáticas idóneas por un período relativamente largo para sobrevivir. «Además, para transmitir la enfermedad primero debe picar a una persona portadora del virus y después a una sana”, explicó.

Con un número tan bajo de gente con dengue en Europa, la probabilidad de que tal secuencia de transmisión ocurra en el continente es marginal.

Y los programas de prevención son tan intensos, sobre todo en Francia, que la probabilidad se reduce aún más.

A quienes han viajado a regiones donde el dengue es epidémico y presenten síntomas característicos –cefaleas intensas, fatiga, fiebre alta y una debilidad física que obliga a los enfermos a encorvarse— se les practican de inmediato análisis de sangre para identificar al virus. Si el contagio se confirma, el hábitat del enfermo es atacado con insecticidas, y todas las zonas húmedas adyacentes son secadas, para evitar la proliferación del mosquito.

En Niza, donde los dos enfermos se recuperan, «hemos realizado investigaciones intensas en las familias y el círculo de amistades de las víctimas” para identificar otros contagios, dijo Dejour-Salamanca.

España: Tradición gastronómica agota las pesquerías

Inés Benítez

MÁLAGA, España,   (Tierramérica)  «Tenemos boqueroncitos, jurelitos, salmonetitos», recita un camarero a los comensales en un restaurante de la costa de Málaga, sureña ciudad española conocida por su «pescadito frito».

Aquí la captura y venta de especies inmaduras es una práctica perseguida que, sin embargo, ha esquilmado los caladeros.

Los peces inmaduros son ejemplares muy jóvenes, de una talla inferior a la mínima legal: 20 centímetros para la merluza, 11 para la sardina y el salmonete y nueve para la anchoa o el boquerón, según el Reglamento 3760/92 del Consejo de la Unión Europea, del 20 de diciembre de 1992.

La bahía de Málaga, en la que confluyen aguas atlánticas y mediterráneas, es un «criadero natural de peces» donde se reproducen muchas especies, contó a Tierramérica el responsable de recursos marinos del Centro de Educación Ambiental Aula del Mar, Juan Antonio López. La captura de crías antes de que puedan desovar diezma las poblaciones.

«El boquerón se está perdiendo en el Mediterráneo», aseguró López, y aunque hoy existe más conciencia, «hay una cultura que se sigue manteniendo».

Según la delegada en Málaga de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de la comunidad autónoma de Andalucía, Mónica Bermúdez, «el consumidor está cada vez más concienciado y compra pescado fresco, pero en su talla».

Málaga es una ciudad turística, en la que miles de familias viven de la pesca y conocida por su «pescadito frito», reconoció, pero eso no significa “que los restaurantes te ofrezcan pescados inmaduros”, defendió.

Según datos oficiales, en lo que va del año se decomisaron aquí 2.169 kilogramos de pescado y marisco inmaduros, la mayoría provenientes de otras ciudades.

Todavía hay restaurantes que ofrecen chanquetes (Aphia minuta), cuya pesca y venta está prohibida en Andalucía desde 1988, pues esta especie de la costa atlántica y mediterránea tiene una talla media en la adultez de cuatro o cinco centímetros y sólo puede ser capturada con redes tupidas, ilegales, pues arrastran alevines de sardinas o boquerones.

La veda buscó evitar que en lugar del verdadero chanquete se vendieran otros pescados, inmaduros.

«Aunque menos que antes», los chanquetes se siguen pescando en la madrugada y se venden en las calles ocultos en bolsas, pese a las elevadas multas que imponen las autoridades, dijo a Tierramérica Guadalupe Cerdón, que dirige desde hace 15 años un puesto de pescado en el Mercado Central.

«Con el chanquete se gana dinero. Con la crisis, muchos de los que perdieron su trabajo en la construcción están pescando», indicó a Tierramérica otro vendedor del mercado, que cifró en unos veinte euros (27 dólares) el precio de un kilogramo.

«Algunos clientes cuentan que han comprado chanquetes en la peluquería. Vamos a peor», comentó a Tierramérica Antonio Burgos, en la pescadería que atiende desde hace 30 años junto a su esposa Mariló Pérez. Ella culpa al consumidor y espera que en el futuro «nuestros nietos puedan comer pescado».

En su informe «Especies amenazadas», publicado en enero de este año, la organización internacional de conservación marina Oceana advirtió del peligro que corren las especies comerciales del mar Mediterráneo.

“Cincuenta y cuatro por ciento de los stocks evaluados en el Mediterráneo sobrepasan los límites biológicos de seguridad», dijeron a Tierramérica fuentes de Oceana. 

Breves

Científicos rechazan siembra de maíz transgénico

LA HABANA.-   Científicos preocupados por la siembra de maíz transgénico en Cuba consideran que deben detenerse esos cultivos hasta analizar las evidencias de su impacto en la biodiversidad y la salud humana. «Resulta imprescindible y urgente una moratoria al uso de cultivos transgénicos”, dijo Fernando Funes.

Inventan producto para combatir dengue y malaria

RÍO DE JANEIRO.-   Un producto en polvo, desarrollado por el Ing. químico Marcos Gugliotti, es la nueva forma de combatir enfermedades como el dengue y la malaria, matando a los mosquitos vectores.

El polvo se echa en el agua supuestamente infestada de mosquitos y forma una película que reduce la tensión superficial que impide que los huevos y larvas del mosquito se sumerjan.

Escarabajos son radares de la degradación

CARACAS.-   El Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) incorporó el estudio de los escarabajos peloteros (coleópteros coprófagos, categoría Scarabaeidae) a su estrategia de inventario de la diversidad biológica del país y el grado de su degradación. Investigadores y estudiantes del IVIC han recolectado unos 30.700 escarabajos en todo el país e identificado 69 especies.

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