TIERRAMERICA
Islas que pueden salir del mapa

<p><strong>TIERRAMERICA</strong><br/>Islas que pueden salir del mapa</p>

Por Julio Godoy  *
Sylt en el mar del Norte, Tuvalu en Oceanía y Santo Tomás en el Caribe comparten un desafío común:  su eventual desaparición a causa del cambio climático.

BERLÍN.- Sylt, la mayor de las alemanas islas Frisias, en el mar del Norte, perdió por lo menos 800 mil metros cúbicos de arena de sus playas en los últimos dos meses, a causa de las fuertes tormentas e inundaciones que han caracterizado otoño e invierno boreales en 2006-2007.

Al otro lado del planeta, en el Pacífico sudoccidental, Tuvalu, un diminuto archipiélago de nueve atolones y arrecifes, cuyo punto más alto apenas se eleva cinco metros sobre el nivel del mar, sufre una pérdida similar de territorio, por las mismas razones. «Tuvalu se está ahogando», es un grito de alarma típico de las autoridades de las islas desde hace años.

Sylt, Tuvalu y decenas de otros territorios parecidos como los de la región del Caribe son  los más vulnerables al constante aumento de la temperatura terrestre, que según la cuarta evaluación del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, son sus siglas en inglés), presentada el 2 de febrero en París, podría llegar a 4 grados en 2100.

El calentamiento global, producido por las emisiones de gases de efecto invernadero, provoca ya un alza sensible del nivel del mar, así como tormentas, huracanes e inundaciones cada vez más frecuentes y poderosas, con un evidente saldo de destrucción ambiental y humana.

Según la evaluación del IPCC, en este siglo el nivel del mar podría aumentar entre 28 y 43 centímetros, a causa del cambio climático. Para los habitantes de Sylt, Tuvalu e islas similares eso puede significar literalmente su desaparición del mapamundi.

«La pérdida de arena y la destrucción de las playas en Sylt son muy graves», dijo a Tierramérica Jürgen Jensen, comisionado por el gobierno federal de Alemania para el estudio y la protección del litoral. «El problema principal consiste en que durante el pasado otoño y el invierno actual, la tormenta ha sido casi constante, con vientos y oleajes muy fuertes. Si las inundaciones atacan los acantilados de la isla, las consecuencias serán muy difíciles de reparar».

Los 800 mil metros cúbicos de arena lavados por el mar en las últimas semanas formaban parte de una reparación de las playas de Sylt realizada el año pasado. Rehabilitaciones similares tienen lugar regularmente desde hace años.

Jensen advirtió que la desaparición de Sylt, que ocupa unos 90 kilómetros cuadrados y tiene una altitud máxima de 52 metros, constituiría una grave amenaza para el litoral de tierra firme. «Sylt es un rompeolas natural. Si desaparece, las olas atacarán directamente el continente», dijo Jensen.

En Tuvalu, de apenas 27 kilómetros cuadrados, el ascenso del nivel del mar amenaza la existencia misma de la sociedad local. «En mi país estamos muy atemorizados y preocupados por las inundaciones. No disponemos de otra patria a la cual podamos emigrar. Pero todavía hay tiempo para actuar», dijo el embajador de Tuvalu, Enele Sopoaga, en un discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en septiembre.

Sopoaga recordó que «muchos pequeños estados insulares en vías de desarrollo (SIDS, son sus siglas en inglés), como Tuvalu, son extremadamente vulnerables a los impactos del cambio climático y al ascenso del nivel del mar».

Los SIDS son 51 pequeños estados insulares, o territorios aledaños al mar, en África, el Caribe, Oceanía y el océano Índico, y producen menos de uno por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En el Caribe, varias islas como Santo Tomás (Islas Vírgenes) son consideradas en peligro de desaparecer a causa de inundaciones. Además, el incremento de la temperatura y la acidificación del agua del mar, también causada por los gases invernadero, destruye los arrecifes coralinos y, con ello, la base misma de la biodiversidad marina regional.

Pero el aspecto que más preocupa a meteorólogos caribeños es el aumento en la frecuencia y la potencia de huracanes, pronosticado por el IPCC.

«La temperatura de los océanos es el factor más importante en la formación de un huracán. Si aumenta, la temporada de huracanes será más fuerte y prolongada», dijo telefónicamente a Tierramérica el oceanógrafo de la Universidad de las Islas Vírgenes Roy Watlington. Según Watlington, esto destruirá el litoral de las islas y, por ende, el turismo –«nuestra primera fuente de ingresos»– y la arquitectura colonial en puertos y cascos históricos del Caribe. Un estudio del proyecto «Adaptación al Cambio Climático en el Caribe», realizado en 2003 por la ONU, calculó las consecuencias económicas para la región de más huracanes en casi mil millones de dólares, tanto en el turismo como en otras actividades productivas de 11 islas de la región.

*  Corresponsal de IPS.

Además de las inundaciones y la destrucción del coral, la ONU estima que el calentamiento global provocará la salinización de fuentes de agua dulce, más erosión y un aumento de enfermedades virales en las islas del Caribe.

Argentina evaluará efectos de derrame en la Antártida
Por Marcela Valente  *

 Pese a ser liviano, el diesel que vertió el buque Nordkapp podría afectar a la biodiversidad del continente helado, incluidos los pingüinos. La Dirección Nacional del Antártico de Argentina prepara estudio.

BUENOS AIRES.- El derrame de combustible de un crucero noruego en la Antártida no arrojará la temida imagen de pingüinos cubiertos de petróleo. Pero el impacto no será inocuo para la frágil biodiversidad de la región, advierten expertos.

Según el control realizado por las bases argentina y española en isla Decepción, sobre la margen occidental de la península Antártica, el combustible se habría evaporado. «Solamente se advierten restos en la playa y no daños severos», dijo a Tierramérica Mariano Memolli, titular de la Dirección Nacional del Antártico.

No obstante, Memolli admitió que especialistas de esa dependencia realizarán «un estudio más profundo para investigar si hay un impacto mayor al que se percibe a simple vista».

El siniestro ocurrió el 30 de enero, cuando el buque Nordkapp, con 295 pasajeros y 76 tripulantes, encalló en Fosas del Neptuno, una zona rocosa que bordea Decepción. Tras el choque, el crucero derramó entre 500 y 700 litros de diesel, informó la firma Hurtigruten, operadora del barco.

Memolli había alertado sobre el grave riesgo que corrían pingüinos, orcas y cormoranes que habitan esas costas. Cuando las bases confirmaron que el combustible era liviano, aquel escenario quedó descartado, pero no se puede «restar importancia a este episodio», opinó.

 Oscar Amín, biólogo y experto en contaminación del Centro Austral de Investigaciones Científicas, explicó a Tierramérica que el derrame de combustible liviano tiene ventajas y desventajas. «Lo bueno es que la mayor parte se evapora, lo malo es que queda una fracción muy tóxica que es soluble en agua».

Eso puede afectar a algas, pequeños peces y bivalvos que se alimentan de ellas, y a aves como los pingüinos, que comen esos peces, precisó.

Isla Decepción es una de las Zonas Especialmente Protegidas de la Antártida debido a las especies que alberga y al interés científico y turístico que despierta. Se trata de una formación de origen volcánico con muy variada fauna y una caleta de aguas termales donde los visitantes pueden bañarse.

La Antártida tiene una superficie de 14 millones de kilómetros cuadrados. El continente es un desierto helado, pobre en flora y fauna, pero alberga una rica biodiversidad en las costas, a las que los animales llegan para reproducirse durante el verano austral.

En ese litoral se aprecian centenares de especies de líquenes y musgos, siete variedades de pingüinos (adelia, barbijo, papúa, emperador, rey y de penacho amarillo) y seis de petreles, además de albatros, cormoranes, gaviotines, gaviotas, skúas y palomas antárticas.

El mar alberga a centenares de especies de peces adaptados a aguas heladas, ballenas (de las especies dentada, azul, franca, jorobada y minke), muy diversas focas (cangrejera, de Ross, de Weddell), elefantes, lobos y leopardos marinos, y hasta las temidas orcas. 

«Los ecosistemas antárticos son particularmente frágiles a los disturbios y poseen muy baja capacidad natural de recuperación», sostiene el estudio «Actividades turísticas y fragilidad de los Ecosistemas Antárticos» (2005), realizado por el biólogo Rubén Quintana, del Laboratorio de Ecología Regional de la Universidad de Buenos Aires. «Los musgos y líquenes resisten el frío, el hielo y la sequía, pero son muy vulnerables al pisoteo, y si se los arranca tardan años en recuperarse», agrega.

    Los pingüinos son «poco tolerantes» a la presencia humana, dijo, y recordó la disminución drástica de los de una colonia en Cabo Royds, que debió ser cerrada al turismo. «Los 10 mil visitantes anuales que recibe isla Decepción pueden alterar las condiciones de este singular medio», alertó.

También advirtió sobre el riesgo de derrames de hidrocarburo. «Un aumento del tráfico de grandes buques turísticos en mares antárticos puede incrementar los riesgos de vertidos de combustible por accidentes», dijo, y recomendó «mayor control para reducir riesgos».

*  Corresponsal de IPS.

En una reunión realizada el cinco de este mes en la austral localidad de Ushuaia por la Asociación Internacional de Operadores Turísticos a la Antártida, su directora ejecutiva, Denise Landau, minimizó el accidente al advertir que «es el primero en 45 años de visitas a la Antártida». Pero no contó el naufragio del buque de la armada argentina Bahía Paraíso.

Aquel accidente ocurrió en 1989 en costas de la isla Anvers, donde está la base estadounidense Palmer. El buque, que transportaba turistas y científicos, encalló y fue evacuado antes de hundirse por completo.

El siniestro dejó una mancha de combustible de 100 kilómetros cuadrados por la pérdida de 600 mil litros de gasoil. Moluscos, cormoranes, pingüinos y otras especies resultaron víctimas fatales de aquel desastre.

Un estudio del Servicio de Hidrografía Naval de Argentina efectuado en 2001 detectó que, a 12 años del siniestro, el casco hundido del Bahía Paraíso seguía arrojando una pérdida crónica de combustible que se veía en la superficie.

Frente a estos riesgos de largo plazo, Memolli sostuvo que, en el marco del Tratado Antártico (en vigor desde 1961), Argentina propuso evitar el impacto acumulativo de visitas en zonas sensibles como isla Decepción, pero ese debate apenas comienza.

* Corresponsal de IPS.

ECOBREVES
Cuba
Demuelen edificaciones  para salvar Varadero
LA HABANA.- Desde 1996 a la fecha fueron demolidas más de 80 edificaciones y tres mil kilómetros de muros y cercas construidas sobre la duna en Varadero, como parte de un programa integral de manejo de ese balneario cubano. Otras 100 instalaciones deben ser destruidas en esta península de arenas blancas ubicada a 140 kilómetros de La Habana, como parte del plan que hasta ahora afecta solamente al sector estatal, confirmó a Tierramérica Alfredo Cabrera, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

«Al decidir se considera el valor patrimonial o histórico del inmueble y también si cumple una función social importante», añadió.

Las acciones para salvar Varadero incluyen la alimentación artificial con arena, investigaciones sobre la recuperación natural de la playa, educación ambiental y la ubicación de las nuevas construcciones a por lo menos 40 metros de la duna.

Chile
No descartan erupción volcánica en Aysén

SANTIAGO.- Los sismos que desde el 22 de enero se registran en la austral ciudad chilena de Aysén se deben a que el magma ubicado bajo el suelo marino presiona por salir a la superficie, por lo que expertos no descartan una erupción volcánica.

«Al no haber ninguna evidencia de que el magma haya migrado ni lateral ni verticalmente, no es posible predecir si éste encontrará el equilibrio en profundidad y comenzará a enfriarse, o logrará abrirse paso y llegar a la superficie», indicó a Tierramérica el jefe del Departamento de Geología Aplicada del Servicio Nacional de Geología y Minería, Jorge Clavero.

El epicentro de los sismos –que continúan– es 20 kilómetros al noroeste de Puerto Chacabuco, en el fiordo Aysén, a 10 kilómetros de profundidad. Mientras, los sismos continúan.

Venezuela
Incendio desatado destruye páramo

CARACAS.- Un incendio desatado el dos de este mes en el páramo La Negra, 600 kilómetros al sudoeste de Caracas, consumió más de mil hectáreas de vegetación en altitudes de entre dos mil y tres mil metros sobre el nivel del mar, confirmó a Tierramérica Yuri Bermúdez, comandante de bomberos en la capital regional. Auxiliados por helicópteros militares, equipos de bomberos, soldados, funcionarios de protección civil y voluntarios resultaron insuficientes para contener las llamas que afectaron la vegetación en nacientes de ríos, zonas boscosas del parque nacional Juan Pablo Peñaloza y tierras de labranza. Bermúdez dijo que el calor inusual en esta época del año en la zona pudo favorecer la combustión de desechos inflamables dejados a la vera de caminos por usuarios del parque.

Expertos consultados de la Facultad de Ciencias Forestales en la Universidad de Los Andes se rehusaron a adelantar hipótesis sobre las causas del incendio.

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