Tierramérica
Minería del manganeso daña inteligencia de niños

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DIEGO CEVALLOS
MÉXICO,  (Tierramérica).
La empresa minera mexicana Autlán sostiene que no hay evidencia de que el manganeso cause algún tipo de daño en la salud. Pero en el central estado de Hidalgo, donde explota ese metal, los adultos expuestos tiemblan como si sufrieran mal de Parkinson y los niños son menos inteligentes.

“La empresa tiene una posición escéptica (ante estudios que revelan los efectos de la intoxicación por manganeso), no cree que esté causando problemas o que tenga alguna culpa”, pero la evidencia es contundente, dijo a Tierramérica el jefe de Salud Ambiental del Centro de Investigación en Salud Poblacional del estatal Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Horacio Riojas.

Investigaciones realizadas por el INSP en zonas cercanas a los yacimientos de Autlán, repartidas en los municipios de Molango, Lolotla, Xochicoatlán y Tlanchinol, que en conjunto abarcan unos 1.000 kilómetros cuadrados y poco más de 60.000 habitantes, indican que el manganeso que se explota desde hace décadas ha causado importantes estragos sanitarios.

Allí existe una de las principales reservas mundiales de este mineral utilizado en la industria del acero, y también en los sectores de la química, el vidrio, las baterías, los fertilizantes y los medicamentos.

Con Riojas a la cabeza de un grupo interdisciplinario en el que se incluyó al estatal Instituto Nacional de Neurología, el INSP midió en la última década la presencia de manganeso en el aire y en ríos, suelos, casas y caminos cercanos a las minas, explotadas a cielo abierto y en socavones.

Entre 2002 y 2003 se tomaron muestras de sangre y de cabello a 300 personas adultas, y se les practicaron distintas pruebas médicas. En 2007 se efectuaron los mismos estudios a igual cantidad de niñas y niños de 7 a 11 años. Una parte de las muestras correspondieron a habitantes de zonas cercanas a las minas y otra a lugareños de similares condiciones de desarrollo, pero que viven alejados de los yacimientos.

Riojas describió los hallazgos como alarmantes. Sesenta por ciento de los adultos que viven cerca de las minas presentan problemas neurológicos y temblores similares a los producidos por la enfermedad de Parkinson. En el caso de los niños que viven cerca de esas instalaciones, se comprobó que su capacidad intelectual y de aprendizaje es 20 por ciento menor a la de otros que habitan los sitios más lejanos.

No hay dudas de que la exposición al manganeso es la causante de los padecimientos, indicó.

Autlán comenzó las tareas de exploración y explotación en 1960.

“Hemos tenido información de problemas, pero entiendo que la empresa minera asumió ya algunos compromisos con los habitantes y que todo está bien ahora”, dijo a Tierramérica el secretario municipal de Molango, Alejandro Dionisio, uno de los municipios afectados. En entrevista telefónica, el funcionario indicó que la minera da trabajo y apoya a la población local con infraestructura para viviendas.

Tierramérica buscó de forma insistente a los responsables de la empresa para interrogarlos sobre esta situación y sus relaciones con las comunidades, pero no obtuvo respuesta hasta el cierre de esta edición.

Según Riojas, algunos vecinos del área de influencia directa de la empresa –una zona rural de 50 kilómetros cuadrados repartida entre Molango, Lolotla, Xochicoatlán y Tlanchinol– han realizado periódicas protestas por estos problemas de salud y por el bajo rendimiento agrícola, que atribuyen al manganeso.  Pero los reclamos se disiparon cuando la empresa construyó campos de deportes e infraestructura escolar y distribuyó láminas para techar viviendas, relató Riojas.

Zoom

El manganeso

El manganeso es un elemento que se encuentra en frutos secos, cereales y legumbres. Su ingesta en pequeñas proporciones es esencial para la formación de huesos, el funcionamiento del sistema nervioso y el metabolismo de los carbohidratos.

Pero la exposición excesiva causa una enfermedad llamada manganismo. Los síntomas son movimientos más lentos y faltos de coordinación, temblores similares a los del Parkinson, debilidad muscular y hasta esquizofrenia, afirma la Organización Mundial de la Salud. El INSP no ha estudiado la salud de los trabajadores de la mina, pues “no ha sido parte del proyecto y sabemos que sería difícil que la empresa lo permita”, dijo Riojas. Los análisis comenzaron en 1999 en la zona minera, a pedido de autoridades que recogieron quejas de los habitantes.

Indígenas del Ártico reclaman sus derechos al frío

Stephen Leahy

entrevista a MARY SIMON

QUÉBEC, Canadá, dic (Tierramérica). «Aterrador» es la palabra que mejor describe a un cazador perdido en hielos que cambian de forma o al dueño de una casa cuyos cimientos se hunden. Así describe la líder indígena canadiense Mary Simon la situación que vive hoy el pueblo inuit por el calentamiento global.

El cambio climático está modificando la ecología del Polo Norte y creando una crisis para 160.000 indígenas de la región, los inuits, que viven dispersos en las orillas del océano Ártico en Alaska, Canadá, Groenlandia, Noruega y Rusia.

Esa es una zona demasiado fría para los árboles, y sólo algunas pasturas y pequeños arbustos consiguen vivir en los tres meses del verano boreal, con temperaturas medias de seis a ocho grados.

En la estación fría, que dura nueve meses, la tierra y el mar se congelan y se cubren de nieve. Como el sol no se eleva del horizonte en el invierno, la oscuridad reina las 24 horas del día, y la temperatura promedia los 30 grados bajo cero y llega a -60 grados en los días más fríos.

Así, en esas inhóspitas condiciones, los inuits han sobrevivido miles de años cazando focas, morsas, ballenas y caribúes.

Antes habitaban viviendas de huesos de ballenas y bloques de pasto y tierra, o de nieve. Hoy residen en casas de madera fabricadas con materiales importados desde  miles de kilómetros de distancia.

Pero su tierra de nieve y hielo se derrite mientras la temperatura se eleva dos o tres veces más rápido que en cualquier otra parte del mundo.  «Vivimos de la tierra, cazando y pescando para obtener nuestro alimento, cada vez más difícil porque todo está cambiando», dijo Simon a Tierramérica.

Líder del pueblo inuit canadiense y ex embajadora de este país en Dinamarca, Simon nació en la aldea de Kangiqsualujjuaq, en el extremo norte de la oriental provincia de Québec. Tierramérica dialogó con ella en la ciudad homónima, la capital provincial.

TIERRAMÉRICA: ¿Cómo impacta el cambio climático en los inuits?

MARY SIMON: El rápido cambio climático en el Ártico afecta el permafrost (capa siempre congelada en los niveles superficiales del suelo) y por tanto a nuestras comunidades, que están construidas sobre él. Se acelera la erosión de nuestras costas, causando inundaciones y trayendo insectos que los inuits nunca habíamos visto.

Los pronósticos científicos para la región del Ártico son alarmantes. No, «alarmante» no es una palabra lo bastante fuerte. «Aterrador» describe mejor a un cazador perdido en hielos que cambian de forma o al dueño de una casa que se parte en dos cuando sus cimientos se hunden.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué les diría a los líderes mundiales que deben aprobar en diciembre de 2009 un acuerdo climático que suceda al Protocolo de Kyoto y establezca reducciones a los gases de efecto invernadero que están causando el calentamiento?

MS: Ellos no lo vinculan con lo que ocurre en el Ártico. El cambio climático es primero y antes que nada una cuestión humana. Los inuits tenemos que vivir a diario con sus efectos. Vivimos de la tierra, cazando y pescando para obtener nuestro alimento, que se vuelve cada vez más difícil porque todo está cambiando.

Tenemos que comprar más comida del sur (de Canadá) que es muy costosa, así que la gente se ve forzada a alimentarse con lo más barato, la comida chatarra. En nuestras tiendas rara vez hay productos frescos, y eso daña nuestra salud.

Para los inuits hablar del cambio climático implica una visión amplia e integral de las conexiones entre nuestro ambiente, nuestra política y nuestro bienestar social, económico y cultural.

Breves

Motor funciona con basura

RÍO DE JANEIRO.-   Un motor que usa basura, residuos agrícolas y ganaderos y derivados de petróleo, carbón y etanol, es la innovación de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) para llevar energía a comunidades rurales pobres y aisladas.

El motor opera equilibrando ondas de calor y frío, lo que hace funcionar los pistones con combustión externa, dejando afuera las fuentes energéticas.

Instalan pasarela colgante en parque nacional

CARACAS.-   Los caraqueños descubrirán el Parque Nacional El Ávila desde sus árboles más altos, a unos 30 metros del suelo, mediante una pasarela de puentes colgantes de 120 metros de largo. Además de permitirles disfrutar, el recorrido «pretende educar a quienes escalen hasta las copas de los árboles. Los caraqueños deben tomar conciencia de lo privilegiados que son al contar con esta montaña majestuosa.

UE dona fondos para proyectos ambientales

TEGUCIGALPA.-   La Unión Europea (UE) destinó para los próximos cinco años unos 53 millones de dólares para la ejecución de proyectos ambientales en las zonas más pobres de Honduras. Se seguirá un modelo de participación ciudadana guiado por gobiernos locales, permitiendo preservar los recursos naturales, reducir la pobreza y fomentar la autogestión de programas sustentables, sostuvo la representación de la UE.

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