Tierramérica
Plante un árbol haciendo clic

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MARIO OSAVA
RÍO DE JANEIRO, ago (Tierramérica).
Están de moda en América Latina las iniciativas para neutralizar gases invernadero de actividades como la producción industrial, los viajes en avión o el Mundial de Fútbol y, de paso, expiar las culpas de los contaminadores.

Carbono cero contra el cambio climático es la consigna, en la mayoría de los casos para atraer consumidores, usuarios, espectadores o turistas, a los que se ofrece sembrar árboles que capturan la misma cantidad de gases de efecto invernadero –como el dióxido de carbono– emitida por los clientes.

A menudo sus fines son comerciales, pero contribuyen de alguna manera a la educación ambiental y a la movilización popular en la mitigación del recalentamiento planetario.

Proyetos como el brasileño Clickárvore (en español «clicárbol») y Neutralízate en México, van más allá del simple intento de borrar algunas huellas ecológicas de individuos o empresas.

Clickárvore es anterior a la actual ola de compensar el carbono emitido. El programa de la Fundación SOS Mata Atlântica, con apoyo del no gubernamental Instituto Ambiental Vidagua, y de la Editorial Abril, empezó en 2000 con el objetivo de recuperar el devastado Bosque Atlántico de Brasil.

En un extenso territorio de la costa oriental, desde el Nordeste al extremo sur, este ecosistema perdió 93 por ciento de su área original por acoger la mayor parte de las zonas urbanas y las industrias del país, afectando el abastecimiento de agua, la tierra sometida a fuerte erosión y la rica biodiversidad local.

Cada clic en el sitio http://www.clickarvore.com.br significa un árbol plantado en el Bosque Atlántico. Ya se sembraron más de 16 millones de ejemplares, donados a 930 proyectos de reforestación en 350 municipios.

El objetivo inicial era «involucrar a las comunidades en la conservación» del ecosistema, señaló a Tierramérica Ludmila Pugliese, coordinadora de restauración forestal de SOS Mata Atlântica. Se trataba de lograr que «la gente se sintiera plantando árboles», contribuyendo a su propio bienestar y a mitigar el recalentamiento.

Los internautas sólo pueden hacer un clic al día y los campeones del mes ganan visitas para conocer SOS o camisetas. «Hubo uno que lo hacía religiosamente cada día y, cuando fue hospitalizado, nos llamaba por teléfono para no perder el liderazgo», contó Pugliese. Los donantes pueden ver a través de Internet las áreas reforestadas con «sus árboles».

La creciente adhesión condujo a una «visión restauradora, conectando fragmentos aislados de bosques» de manera de recuperar funciones perdidas, como la realimentación de manantiales y el aumento de la fauna mediante corredores biológicos, observó Pugliese, bióloga con una maestría en recursos forestales.   A los objetivos ambientales se incorporaron otros, sociales. Millones de plántulas requeridas, además de expandir negocios privados, permitieron crear cinco viveros comunitarios, para que organizaciones no gubernamentales y comunidades pudieran obtener sus propios ingresos y emplear a más trabajadores.

Coordinado directamente por cinco miembros de SOS, el programa se hizo más complejo al involucrar a los internautas que hacen clic, a propietarios de tierras que quieren reforestarlas, a patrocinadores que ofrecen plántulas, a viveros privados y comunitarios y a empresas que prestan asistencia técnica.   La restauración correcta exige una diversidad que, en algunos estados, como el sureño São Paulo, se fija en un mínimo de 80 especies por hectárea. Y no pueden ser especies exóticas, sino nativas del Bosque Atlántico, recomendándose una mayor cantidad de frutales para alimentar a la fauna, destacó la bióloga.

Algunos terratenientes empezaron plantando 5.000 árboles, suficientes para tres hectáreas, y «les gustó tanto la experiencia que la repitieron varias veces», acotó.

La expansión condujo también a otro programa, el Bosque del Futuro, en el que empresas especializadas son contratadas para desarrollar proyectos técnicos, ya que poseer tierras no implica saber reforestar, especialmente en grandes extensiones que exigen «inversiones y esfuerzo», explicó Pugliese.

Sus patrocinadores son grandes firmas o bancos interesados en neutralizar sus emisiones de gases, así como programas de televisión, bandas de rock o simplemente personas que organizan su fiesta de bodas.

Los certificados
Los certificados adquiridos, que se pueden negociar en el mercado, representaban en mayo, al inaugurarse la iniciativa, la neutralización de 15.500 toneladas de dióxido de carbono y el pago de 150.000 dólares anuales a 10 comunidades indígenas pobres del meridional estado de Oaxaca, contribuyendo también a combatir la pobreza.

Parte de la suma proviene del pago de servicios ambientales impulsado por la gubernamental Comisión Nacional Forestal. La meta es expandir el sistema, atendiendo incluso a interesados del exterior, y alcanzar la «autosuficiencia del mercado», dispensando el aporte estatal, dijo a Tierramérica José Antonio Ordóñez, director adjunto del Programa de Cambio Climático de Pronatura.

La prioridad fue para comunidades pobres que conservan el «bosque de niebla», o mesófilo de montaña, «un ecosistema vulnerable y emblemático» por su rica diversidad biológica que necesita corredores entre fragmentos boscosos y que es importante para la captación de agua, explicó.

Avanza la preservación de isla La Tortuga

Humberto Márquez
Una modificación legal permitiría proteger la deshabitada isla venezolana La Tortuga, escenario de raros ecosistemas en el mar Caribe.

CARACAS, ago (Tierramérica).  La segunda isla más grande de Venezuela, La Tortuga, sobre el mar Caribe, puede convertirse en área de preservación si progresan esfuerzos de ambientalistas y parlamentarios.

La isla «tiene importancia estratégica, científica, geográfica, con un ecosistema único y frágil, que puede ser devastado por la acción humana comercial o turística», dijo a Tierramérica Alberto Boscari, presidente de la Fundación La Tortuga, una organización ambientalista consagrada a la defensa del área marítima venezolana.

Para eso se propone «crear la figura de área de preservación, más allá de la de monumento natural, para resguardar no sólo su belleza escénica y geológica, sino también los ecosistemas», señaló Julio García Jarpa, vicepresidente de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional (parlamento).

La declaratoria de área de preservación depende de la Asamblea, donde hay apoyo. Pero esa figura no está prevista en la Ley del Ambiente, por eso la Comisión espera el resultado de reuniones con entidades gubernamentales involucradas.

La Tortuga, de 155 kilómetros cuadrados, a 72 kilómetros de tierra firme y a mitad de camino entre Caracas y la nororiental isla de Margarita, la mayor del país, es una formación de la era cuaternaria, con predominio de rocas calizas de origen coralino, vegetación xerófila y sin población permanente o actividad económica propia.

El nombre de la isla se debe a que los conquistadores europeos de la expedición de Alonso de Ojeda y Américo Vespucio en 1499 observaron en sus costas gran cantidad de tortugas. Quinientos años después, todavía es zona de desove y refugio de estos quelonios y su forma, vista desde el aire, se asemeja a la caparazón de una tortuga.

El biólogo Pedro Vernet dijo a Tierramérica que las cuatro especies propias del Caribe sur visitan sus playas: carey (Eretmochelys imbricata), cardón o laúd (Dermochelys coriácea), verde (Chelonia mydas) y caguamo (Caretta caretta), todas en peligro de extinción.

Pescadores artesanales improvisan enramadas para acampar brevemente en la isla, donde se detienen también pescadores deportivos. Por contraste con Margarita, principal destino turístico de Venezuela y con abundantes áreas verdes, La Tortuga nunca tuvo albergues permanentes, por estar deshabitada y carecer de agua dulce.

Zoom

Un muelle
Un plan del Ministerio preveía construir en el sur de la isla un muelle, un aeropuerto, vialidad, servicios básicos, una planta desalinizadora, red para aguas servidas, tanques de almacenamiento, incineradora de desechos, un centro poblado, 50 unidades turísticas sustentables, 200 habitaciones en hoteles y 100 en posadas.

Breves

Divulgan nuevos reglamentos ambientales
TEGUCIGALPA. El gobierno de Honduras anunció la divulgación de nuevos reglamentos ambientales, dos años después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, conocido por sus siglas en inglés DR-Cafta.

Es necesario «adecuar nuestras leyes porque muchos reglamentos que tenemos se encuentran obsoletos».

Reclaman información sobre dioxinas
SANTIAGO. El Centro Ecoceanos, el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA) y la Liga Ciudadana de Consumidores llamaron a los chilenos a no consumir carne de cerdo durante las fiestas patrias del 18 y 19 de septiembre. El 3 de julio Corea del Sur detectó por primera vez un embarque de cerdo proveniente de Chile con alta concentración de dioxinas, causantes de cáncer.

RÍO DE JANEIRO. Un acuerdo entre los ministerios de Agricultura y de Ambiente de Brasil autoriza a emplear la palma africana (Elaeis guineensis) y otras especies exóticas en la recuperación de bosques de la Amazonia brasileña.

El objetivo es ampliar el cultivo de oleaginosas para producir biodiésel.

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