FILE - In this June 18, 2000, file photo, Tiger Woods kisses the winner's trophy after capturing the 100th U.S. Open Golf Championship at the Pebble Beach Golf Links in Pebble Beach, Calif. He won the U.S. Open by a record 15 strokes. Woods completes an amazing journey by winning the 2019 Masters, overcoming 11 years of personal foibles and professional pain that seemed likely to be his lasting legacy. (AP Photo/Elise Amendola, File)
Tiger Woods completó ayer su largo y tortuoso camino de regreso a la cima del golf.
El astro de 43 años entregó una tarjeta de 70 golpes, dos debajo del par, y se impuso por un impacto de diferencia para conquistar por quinta vez el Masters de Augusta y conseguir el 15to título de un major en su laureada carrera.
Pero Woods no ganaba en las grandes citas desde el Abierto de Estados Unidos de 2008. Y su victoria del domingo sigue a un largo periodo en que el golfista fue afectado por un derrumbe en el nivel de su juego, así como por lesiones debilitantes y problemas personales bochornosos.
Woods había sugerido que podía seguir compitiendo con los mejores del mundo del golf el año pasado, cuando triunfó en el Tour Championship. Fue su primera victoria en cualquier torneo desde 2013.
Ahora, está en la elite de nueva cuenta. Se ciñó el saco verde en el Augusta National, donde no se coronaba desde 2005.
En una ronda final que se disputó en grupos de tres y que comenzó desde los dos tees con la esperanza de concluir antes de que se abatiera una tormenta eléctrica sobre la zona, el sol brilló paradójicamente para Woods.
Remontó un déficit de dos golpes durante la jornada. Tomó la ventaja por primera vez con un putt para birdie en el hoyo 15, ante el delirio de la multitud en el Augusta National.
De pronto, imágenes que parecían estar sólo en el pasado, se volvieron actuales.
Su gran regreso pone feliz a todos sus seguidores en el Mundo.