Tigres al acecho

Tigres al acecho

Por Richard Lapper
Mientras Estados Unidos prevarica sobre su agenda comercial con los países andinos, y muchos inversionistas tradicionales han congelado su inversión en América del Sur en respuesta a una oleada de “nacionalismo de los recursos”, Asia está expandiendo frenéticamente su presencia económica en la región.

La semana pasada Venezuela cerró un acuerdo con China Nacional Petroleum Corporation para construir refinerías, expandir la exploración y la producción, y empezar una compañía naviera conjunta. Días antes, SINPOEC dijo que invertiría miles de millones de dólares desarrollando un bloque petrolero en la Amazonia ecuatoriana y SK, la refinadora de petróleo de Corea del Sur, anunció que invertiría US$592 millones en liquefacción de gas en Perú.

Mientras tanto, Chile ha estado firmando acuerdos de comercio bilateral con economías asiáticas. La semana pasada alcanzó uno de esos acuerdos con Japón y empezó conversaciones sobre otro con Vietnam. Estos acuerdos han expandido masivamente los flujos del comercio: desde que Chile cerró un acuerdo de comercio con Corea del Sur en 2004, el comercio ha crecido 25% al año.

Es de suponer que la presencia de crecimiento más rápido sea China, cuyo comercio con Cuba, por ejemplo, se duplicó el año pasado a US$1,8 millardos, mientras el comercio con Venezuela era de US$2,6 millardos, de US$2 millardos en 2005, y US$1,4 millardos en 2004. La semana pasada, CNCP anunció un gran hallazgo petrolero en Perú, que deberá impulsar las inversiones en ese país.

En Venezuela, los nuevos proyectos de CNPC están en la franja del Orinoco, donde el presidente Hugo Chávez se dispone a tomar el control de las instalaciones de inversionistas tradicionales como EXXON, Total, ChevronTexaco, ConocoPhillips, BP y Statoil.

Chávez dijo que el acuerdo significa que, “como potencia, EEUU está en baja, mientras que China está en ascenso”. Esto pudiera ser una manera de decirlo crudamente, pero no hay dudas de que la influencia asiática está creciendo con fuerza. (weitzmanhal@yahoo.com”.

¿FIN DE LA CRISIS DE LA AVIACIÓN BRASILEÑA?
Finalmente, vemos alguna acción. El presidente Luis Ignacio Lula da Silva ordenó que las demandas de los controladores de tráfico del país tomen en cuenta después que los controladores -la mayoría de los cuales son sargentos de la fuerza aérea,- se sumaran a una huelga de hambre, y detuvieran por completo el trabajo la tarde del viernes, parando en seco la aviación brasileña. El casos resultante, en el cual un pasajero murió por un ataque al corazón, puede al menos resolver el estado cercano a una crisis casi permanente que puso de relieve deficiencias graves en el control del tráfico aéreo y en la infraestructura de los aeropuertos.

Lula da Silva prometió una solución para hoy martes, para evitar más caos en los feriados de Semana Santa, amenzado por los controladores, si el gobierno no mantiene su palabra. Sin embargo, su demanda –la desmilitarización, un mejor salario- es un primer paso que debió tomarse meses atrás, para resolver los problemas a largo plazo del sector. Una remodelación de Infraero, la compañía estatal que opera los aeropuertos brasileños, no se ve en el horizonte. 

A pesar de muchísimas alertas, el gobierno se vio sorprendido con la guardia baja por los sucesos del viernes. La mayoría de los directores de ANAC, la nueva autoridad de la aviación civil, estaban en una boda. El ministro de Defensa, un amigo personal de Lula da Silva, responsable del problema, dejó Brasilia con la huelga de hambre ya en marcha para asistir a una cita personal en Río de Janeiro. Y ya es tiempo de que termine la farsa, antes de que mueran más personas. (jonathan.wheatley@gmail.com)

¿UN ÉXITO EN EL MERCADO DE BONOS VENEZOLANO?
No se deje engañar. Solo porque la emisión de bonos de PDVSA, la petrolera estatal venezolana, por US$5 millardos, esté suscrito en exceso – la demanda superó los US$10 millardos según periódicos locales-, no significa que los inversionistas estén más confiados en las perspectivas del país a largo plazo.

Los detalles que se publicaban ayer podrían mostrar que la mayor parte de los pedidos (el bono nuevo es realmente un paquete que contiene tres instrumentos diferentes), provienen de individuos –venezolanos- y negocios, que es comprensible, están ansiosos por comprar bonos denominados en dólares estadounidenses con moneda local a un precio calculado según la tasa de cambio oficial de 2,150 bolívares por dólar.

Para el gobierno, la operación tiene sentido. Por una parte, barrerá parte de la liquidez de moneda local, aliviando las presiones inflacionarias. Por otro, le dará más fondos a PDVSA para inversión en momentos en que las ganancias han padecido las pesadas obligaciones sociales de la compañía.

Pero frente al deseo del presidente Hugo Chávez de producir una sociedad más equitativa y más productiva, el negocio parece ser contraproducente. Los inversionistas locales -en su  mayoría, es de suponer, bien afincados-, van a hacer una matanza. Aunque tiene muchos incentivos para retener los bonos (recibirán interés a una tasas entres 5%-7%, con ganancias libres de impuestos), muchos van a optar por venderlos y utilizar los dólares para comprar moneda local a la tasa más barata del mercado paralelo -el bolívar se ha estado negociando a B3,600 por dólar en los últimos días. (Richard.Lapper@FT.com)

IMITANDO A HUGO
Evo Morales, de Bolivia, y Rafael Correa, de Ecuador, parecen tener la intención de reformar las instituciones según las líneas ya patentadas por  Hugo Chávez en Venezuela. Sin embargo, alcanzar constituciones al estilo venezolano podría resultar considerablemente más problemático. En verdad, tanto Morales como Correa son populares, pero en otro sentido el terreno político es más complicado de lo que ha sido para Chávez.

Una razón importante es que los grupos indígenas que respaldan a los presidentes boliviano y ecuatoriano pueden resultar aliados exigentes y veleidosos. Y los grupos de oposición en ambos países son más fuertes que en Venezuela.

En Bolivia, por ejemplo, Podemos tiene una fuerza real en el este del país y es una fuerza coherente en la legislatura. Así que aunque los partidarios de Morales quieran imitar a Chávez extendiendo el periodo presidencial, parecen carecer del poder en la Asamblea Constituyente para hacer que se apruebe.

En Ecuador, Lucio Gutiérrez, el ex presidente, es casi tan popular como Correa en algunas partes del país, y en los preparativos de las elecciones para una nueva Asamblea Constituyente podría convertirse en el foco de la oposición. Todo esto le dificultaría más a Correa traducir sus altas tasas de popularidad en potencial legislativo. (weitzmanhal@yahoo.com)

¿QUÉ VIENE AHORA PARA TELEVISA?
La venta de Televisa la semana pasada de su participación pendiente en Univisión, el mayor radiodifusor en español de EEUU, no causó sorpresa. Desde que el principal radiodifusor de México perdió la carrera por la compra de Univisión el año pasado, dejó claras sus intenciones de vender su participación de 11% aunque Televisa continuará suministrando contenido a Univisión.

La venta es, no obstante, un recordatorio del golpe que significó la saga de Univisión para Televisa: para los accionistas y para los consumidores mexicanos.

Perder contra Univisión dejó a Televisa sin una estrategia clara para penetrar más en el sumamente creciente mercado latino en EEUU. Esto probablemente significará que el US$1 millardo que la compañía recaudó de la venta la semana pasada se utilizará para pagar los dividendos de los accionistas.

El resto, sin embargo, es casi seguro que se gaste en el mercado doméstico mexicano. Realmente, Televisa dijo que hará gastos de capital por unos US$300 este año, que incluyen US$65 millones para televisión por cable.

También ventiló la posibilidad de invertir entre US$250 millones y US$500 millones en los próximos años, en los llamados servicios “triple play”: televisión, teléfono e internet por la misma red.

El problema es que esto va a significar menos opciones y menos competencia para los consumidores. Ya los mexicanos tienen demasiado pocas opciones, cuando se trata de los medios, en particular, en la televisión.  Si Televisa usa el dinero de la venta, además de ganancias futuras para invertir en un mercado que ya domina, en lugar de buscar oportunidades en el extranjero, hará la competencia en la programación y los servicios mucho más vacía que en la actualidad. (adamthomson.ftmexico@prodigy.net.mx)
VERSION IVAN PEREZ CARRION

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