Tímida presencia oficial provoca quejas en Jimaní

Tímida presencia oficial provoca quejas en Jimaní

JIMANÍ, Independencia.C La ayuda gubernamental a la gente que ha perdido a su familia y todas sus pertenencias no está llegando en cantidad y con la urgencia que requiere una comunidad que

ha quedado hasta sin cementerio cuando tiene que sepultar a cientos de sus hijos.

El mayor esfuerzo de distribución lo hace la Iglesia Católica, que ha tomado la conducción para canalizar los alimentos y todo tipo de ayuda proporcionada por organismos internacionales, empresas privadas, personas y en menor medida entidades oficiales.

La ayuda oficial se siente en labores de limpieza y la colocación de puestos de vacunación, pero las familias más afectadas expresan que la cantidad de vacuna resulta insuficiente y los lugares favorecidos fueron los menos afectados por el desastre.

Los damnificados no ocultan su extrañeza ante la poca presencia gubernamental que a juicio de algunos sectores ha sido muy pobre en comparación con lo que se ofrece en los períodos electorales.

Personalidades políticas y líderes de entidades sociales que han llegado con ayuda se encuentran con que aquí no hay un organismo oficial que reciba, contabilice y distribuya las contribuciones para las personas afectadas.

Hasta ayer se desconocía la cantidad de asistencia que ha llegado, sin embargo, el párroco de la iglesia San José, de este municipio, José Ramón de la Cruz, junto a personal de la Defensa Civil, trataban de llevar un registro de todo cuanto están recibiendo y el destino que se le da.

De la Cruz, quien trabaja con el apoyo de la organización internacional Visión Mundial y la Cruz Roja Dominicana (CRD), explicó que los alimentos y el agua potable son repartidos por raciones, luego de haber hecho un censo en los barrios, los que en su mayoría han sido devastadas por el río Blanco.

Ayer se enviaba abastos a los barrios Los Robles, Las 40, el Invi, Jimaní Viejo, 27 de Febrero, La 50, La Q, El Pueblo I y El Pueblo II, todos arrasados en la madrugada del lunes por la crecida del río Blanco.

Las raciones de alimentos tienen arroz, aceite, pan, azúcar y agua. También son suplidos colchones, velas y fósforos. Todavía no se ha restablecido el servicio de energía eléctrica desde el desastre del lunes, aunque la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales anunció ayer el inicio de la reconstrucción del sistema eléctrico en este municipio.

Explicó que los trabajos incluyen 6,000 metros de cables y la reposición de unos 18 postes del tendido.

De la Cruz dijo que, además de Visión Mundial, ha recibido la ayuda de iglesias de otras comunidades aledañas como Barahona y Neiba.

La dirección de Frontera, el Ejército y la Policía, la Fundación Sur Futuro y empresas Lama han enviado donativos.

La dirección de Desarrollo Fronterizo trabajaba ayer en la limpieza de calles y las casas, así como retirando escombros, mediante palas mecánicas y camiones.

En Haití, donde también hubo una gran devastación, se han enviado ayuda, pero son igualmente insuficientes.

[b]MEDICINAS[/b]

Ayer también se comenzó a vacunar a la población contra el tétanos y otras enfermedades.

Sin embargo, María Vólquez se quejaba de que los centros de vacunación fueron colocados en los sectores menos afectados y que no habían suficientes vacunas para toda una población.

[b]PERSONALIDADES[/b]

Desde ayer han llegado a esta comunidad personalidades de diferentes sectores. Entre ellas estaba la presidenta de la Fundación Sur Futuro, Melba de Grullón, que llegó aquí con un cargamento de medicamentos, agua y medicinas. También visitó la zona el dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hatuey de Camps; una brigada del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y el secretario de las Fuerzas Armadas, José Miguel Soto Jiménez.

Grullón dijo que la Fundación contribuye con un grano de arena, pero se encontró con la situación de que no existe un organismo que esté recibiendo las ayudas.

Por ello, fue que recurrió al párroco de la comunidad, a quien hizo entrega de la misma.

Entre tanto, De Camps dijo que no haría críticas de la ausencia gubernamental a tres días de haber ocurrido una desgracia y afirmó que la situación debe ser combatida, con fines de largo plazo, para que situaciones de esa magnitud no vuelvan a suceder.

Mientras que Soto Jiménez dijo que las Fuerzas Armadas apoyan a la población y afirmó que ordenó la conformación de un campamento para que desde ya sea organizada la llegada y entrega de las ayudas, cuyo recibimiento y distribución estará a cargo de la Iglesia Católica.

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