¿Timidez o vergüenza colectiva?

¿Timidez o vergüenza colectiva?

TEOFILO QUICO TABAR
Tabasa1@hotmail.com
Independientemente de las simpatías personales que puedan tener los ciudadanos por cualquiera de los candidatos o partidos políticos en campaña, al margen de las encuestas que se publican e incluso de las probabilidades de triunfo, se puede afirmar que en este proceso hay una especie de sentimiento oculto en la ciudadanía que la lleva a mantener una actitud tímida.

Es como si se tratara de una mezcla de indignación, confusión o vergüenza colectiva. Y eso llama la atención, porque difícilmente en otros procesos se haya gastado más dinero o realizado mayores despliegues de propaganda, especialmente a través de los medios de comunicación.

Lo cierto es que contrario a otros procesos, ya a estas alturas la gente se manifestaba de manera más abierta a favor de los candidatos. Eran muchos los que se identificaban claramente por medio de banderitas, flequitos, stickers, afiches, etc. Pero ahora, si usted se pone a detallar las cosas y a observar el comportamiento de las personas a pie o en vehículos, cuando se realizan los llamados bandereos, el comportamiento es como si no fuera con ellos.

Los activistas que los partidos o los candidatos que se colocan en determinadas esquinas a realizar promoción y entregar identificaciones propagandísticas salen frustrados, puesto que la mayoría casi absoluta les muestra indiferencia total, y eso resulta interesante analizarlo, puesto que algo está ocurriendo, que no es precisamente falta de dinero.

Salvo unos pocos vehículos privados, solo los de funcionarios, empleados públicos, los que pertenecen a dirigentes connotados de los partidos o los que a todas luces son pagados para tales fines, exhiben identificación. Parece ser que hay un sentimiento colectivo oculto, mucho más fuerte y profundo que los esfuerzos de los partidos y los candidatos. La mayoría de la gente todavía no se motiva a identificarse públicamente, aunque por dentro tenga sus simpatías o sepa de antemano por quién va a votar o por quién no lo hará.

Los expertos podrían asumir varias hipótesis partiendo de las experiencias y el conocimiento del comportamiento humano. Podría ser que por encima de los compromisos o simpatías íntimas, la mayoría de la gente no se sienta cómoda con la manera en que se están haciendo las cosas, los métodos que se están utilizando, las estrategias que se están aplicando, el peso de campañas negativas y alienantes, posibles cargos de conciencia, o tal vez simplemente por falta de confianza.

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