La educación va más allá de un comportamiento “adecuado” y de ser obediente. Educar tiene que ver más con la conciencia de enseñar a los hijos a que logren ser personas capacitadas en todas las áreas funcionales de la vida. A ser seres humanos capaces de relacionarse con los demás y a enfrentar la vida con las adecuadas habilidades para resolver los conflictos que se presenten.
Así se expresa la psicóloga clínica infanto-juvenil Arisleydi Sánchez Guzmán. “Emocionalmente los padres y madres deben enseñarles a tener el control de sus impulsos, manejar y distinguir entre lo bueno y lo malo, en el plano moral y ético.
Aprender el manejo de sus emociones y saber expresarlas de forma libre pero con empatía hacia los demás. Y sobre todo, a estimular el pensamiento diferenciado, analítico y crítico, de las situaciones, de las personas, y lo más importante, de sí mismo”, explica la especialista.
Sánchez señala que la disciplina, la rutina y los límites le proporcionan al niño seguridad y soporte, para luego poder desempeñarse en el mundo como alguien que pueda tomar decisiones apropiadas para su vida.
“Lo ideal es que desde el momento en que se piensa concebir un hijo la pareja debe sentarse a hablar sobre lo que quieren y esperan de ese hijo, y cómo se ve cada uno cumpliendo su rol. Discutir la forma de educación que tiene cada uno, con respecto a cómo lo hicieron con ellos y lo que piensan que es importante en la crianza”, indica.
“Tips”. Aconseja reconocer el carácter y temperamento de cada uno de sus hijos; saber adaptarse a cada etapa evolutiva; educar a los hijos de forma diferente cada uno, reconociendo su personalidad; se corrige la conducta, no la persona; amar incondicionalmente, y esto no va asociado a su comportamiento y se deben aplicar consecuencias acorde a la proporción de lo ocurrido, y ligadas a lo acontecido.
“También se debe crear un ambiente basado en la seguridad, protección y cuidado, y entender que al inicio es importantísimo ser figuras que suplan las necesidades de sus hijos, o sea, atender sus llamados, su llanto, sus necesidades fisiológicas, su búsqueda de atención y muestras de cariño”, recomienda Sánchez Guzmán.
Otros consejos son tratarlos con respeto e implementar la disciplina como un método de enseñanza.