Tips para que logres corregir la agresividad en los niños

Tips para que logres corregir la agresividad en los niños

El entorno actual y los medios de comunicación masiva fomentan la agresividad en los niños, aunque no son las únicas causas de ella, este artículo presenta sugerencias prácticas para contrarrestar los factores que promueven la agresividad y la violencia infantiles. Es normal que, para reafirmar su personalidad, el niño tenga tendencias agresivas. Esto no es malo, ya que la agresividad bien encausada resulta una cualidad. El niño necesita cierto grado de agresividad que le puede ser vital para subsistir.

Iniciativa, coraje, deseo de superación, empuje y tenacidad, entre otras, son cualidades que pueden considerarse como aspectos de una agresividad positiva. Los triunfadores y líderes poseen estas cualidades.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta agresividad lleva al niño hacia un deseo de dominio, de imposición y a manejar en forma destructiva los derechos de los demás para obtener lo que él desea, usando un comportamiento caprichoso, violento y sin autocontrol?

Es preocupante el que, un niño sea capaz de afrontar situaciones difíciles como que sólo golpee y destruya.

Mucha energía puede provocar agresividad

 Existe el niño que tiene mucha energía, que muestra una conducta agresiva y provoca problemas porque molesta, pega y empuja a sus compañeros. Estos niños, al llegar a la edad adulta, pueden llegar a ser verdaderos líderes si han aprendido a manejar y encauzar bien toda su energía.

El doctor Víctor Cline,  psicólogo y autor de varios libros sobre educación infantil, nos dice que si se tiene un hijo o alumno así, no se le debe quitar su arrojo y coraje. Es mejor guiarlo para que busque opciones positivas y proporcionarle espacios, donde pueda desfogar o invertir esa energía.

La personalidad conflictiva también provoca agresividad.  Existe el niño agresivo realmente conflictivo. Su conducta es problemática y deja ver una ansiosa necesidad de autoafirmación y esto lo exterioriza a través de la violencia. Este tipo de niño es inseguro, lucha internamente sin resolver sus conflictos y es por eso que su temperamento explosivo lo hace pegar, romper, gritar y hasta insultar a quién se le ponga enfrente.

 Reta a la autoridad, su actitud es pendenciera y hostil.

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