“Tírale el carro encima, por haitianos”

“Tírale el carro encima, por haitianos”

Un tema sensible en nuestro país es el abordaje del antihaitianismo y el racismo. La continua negación de que existe racismo y antihaitianismo por algunos sectores ha favorecido a que muchas prácticas de discriminación racial, violencia y abusos contra personas negras y de origen haitiano estén bajo un manto invisible, silencioso y de total impunidad.
Continuamente observó situaciones de discriminación y abuso contra personas negras y haitianas. Una de ellas ocurrió hace unos días en la avenida Luperón esquina Olof Palme. Una mujer embarazada con su pareja, ambos de piel negra, tenían cerca de 25 minutos esperando para cruzar la avenida y ningún vehículo se detenía, a pesar de que el semáforo estaba en rojo. Dos vehículos detuvieron la marcha para darle paso a la pareja, pero una yipeta que transitaba en la misma dirección no se detuvo, por el contrario, aceleró y casi atropella a la pareja. El señor que conducía la yipeta vociferó: “No se paren a darle paso a esos malditos haitianos, tírale el carro encima”. El estuvo a punto de atropellar a estas personas intencionalmente para “acabar con su vida “por ser haitianos.
Esto es un problema muy preocupante para nuestro país. Las manifestaciones de xenofobia, racismo, antihaitianismo tienen origen en las campañas continuas de ciertos sectores ultraconservadores y supuestamente “nacionalistas” que fomentan el rechazo hacia la población migrante haitiana.
Nuestra Constitución de la República en su artículo 39 establece que “Todas las personas son libres e iguales ante la ley, reciben la misma protección y trato de las instituciones, autoridades y demás personas y gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por razones de género, edad, color, discapacidad, nacionalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica, condición social o personal”. (Asamblea Nacional 2010).
La presencia de prácticas discriminatorias y violentas hacia la población haitiana entra en contradicción con nuestra Constitución y con el clima democrático que debe prevalecer en el país.
El antihaitianismo debe ser combatido desde el Estado y desde todas las instituciones que promueven el sostenimiento de la gobernabilidad y la democracia en nuestra sociedad, estas manifestaciones atentan contra ello.
Prácticas de amenaza, violencia verbal, psicológica y física hacia la población haitiana al interior de nuestro país afectan el estado de derecho que debe prevalecer por encima de todo.
Se necesita que tanto las instituciones estatales como privadas desarrollen campañas a favor del respeto de los derechos de las personas independientemente su color de la piel, género, religión, nacionalidad como plantea nuestra constitución con énfasis al trato humanitario que deben recibir la población migrante haitiana y de otras nacionalidades.

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