En diferentes épocas la República Dominicana ha contado con valiosos hombres y mujeres que se entregaron a la promoción, fomento y desarrollo del fútbol nacional.
En la mayoría de nuestras ciudades existieron valiosos personajes que ayudaron en gran manera a que el fútbol se abriera camino en el país.
Estamos seguros que muchos de las nuevas generaciones de futbolistas dominicanos desconocen quiénes fueron los pioneros, quienes fueron los hombres y mujeres que plantaron la semilla que hoy nos dan los frutos.
Siempre hemos señalado que los salesianos son unos de los grandes promotores del fútbol dominicano: el barrio María Auxiliadora y la Escuela Hogar en la Capital, La Vega, Jarabacoa, Moca y Mao son testigos de la labor de los salesianos.
Igual podemos decir de las casas de los jesuitas en San Cristóbal, el Loyola y el Reformatorio.
En estos días se cumple el 56 aniversario de la llegada al país de un boliviano que posteriormente se convirtió en un gran promotor del fútbol. Fortunato Quispe Mendoza llegó como representante de la OIT en plena revolución de abril de 1965, y al año siguiente estaba creando ligas infantiles y juveniles.
Merecidamente fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en 2011 como promotor.
Otro que aportó mucho al fútbol, y que ha sido olvidado, lo fue Rosendo Sepúlveda quien fue corresponsal de la Agencia EFE en el país.
En la capital también se debe mencionar al portugués don Francisco Geraldes. En los pueblos no se quedan atrás. Por ejemplo, los mocanos tuvieron en el empresario español Antonio Cota un gran soporte, como lo fue Luis Midence desde la UCMM (sin P).
Y doña Alvida Santana en Barahona. Y Paleco Gómez en Villa Tapia. Y Alfredo Pujols en Villa Vásquez.
Y otros muchos más por todo el país.
Hacer recuentos provoca el olvido de algunos. Ya seguiremos.