Desde que llegamos a Moca en 1967 estuvimos viendo en el terreno de juego a un hombre que con el pasar de los años se convirtió en el principal referente del fútbol mocano: Marino Mejía.

Unos pocos mocanos recuerdan que el fútbol, aunque se jugaba antes, empezó a masificarse en esa ciudad a partir de los primeros años de la década de los sesenta con el trabajo de un salesiano.

Padre Fuentes, fundador del Oratorio Don Bosco. Entre los primeros que llegaron a los terrenos del hoy Colegio y Play Don Bosco estaba Marino Mejía.

Para 1966 Marino jugaba con el equipo representativo de esa ciudad en los torneos nacionales.

Años después jugaría con otros oncenos como de La Vega y de San Francisco de Macorís. Marino jugó en todas las posiciones, y en todas lo hizo bien. Se inició como portero, luego fue un aguerrido defensa, pasó por la media cancha, y se convirtió en un peligroso delantero.

No creo que haya alguno más en el país que tuviera esas transiciones.

Recuerdo una anécdota. En un fangoso play Don Bosco en un partido entre Moca y la UASD, Marino, como defensor central, tuvo una fuerte lucha con el delantero centro visitante, Rafael Pérez Gómez, y patadas recíprocas hubo.

Al final, ambos llenos de lodo, salieron abrazados y sonrientes. Así era Marino, y con eso ayudaba a proteger a Pérez Gómez de los apasionados fanáticos locales.

Él, al igual que sus hermanos Verman (hoy árbitro de béisbol) y Domingo Antonio (Mingo), llegaron a la selección nacional y defendieron los colores patrios. Luego del retiro de su longeva carrera como futbolista, se convirtió en directivo de la Asociación de Fútbol de la Provincia Espaillat, en la que también ocupó varios cargos.

Por todo esto es que afirmamos que Marino Mejía es el principal referente del fútbol mocano. Marino falleció la semana pasada. QDEP. Un fuerte abrazo a sus familiares. El fútbol de Moca está de luto.