Desde el pasado viernes se está celebrando en todo el viejo continente la Eurocopa 2020, pero en el 2021.
Este evento se está celebrando en 11 ciudades de 11 países, “para que sea una fiesta de todo el continente”, las cuales son: Amsterdam (Países Bajos), Bakú (capital de Azerbaiyán), Bucarest (Rumanía), Budapest (Hungría),
Copenhague (Dinamarca), Glasgow (Escocia), Londres (Inglaterra), Munich (Alemania), Roma (Italia), San Petersburgo (Rusia), y Sevilla (España).
Se está jugando a un alto nivel y esperamos que siga así hasta su final que será el 11 de julio en el estadio Wembley de Londres.
Pero hoy vamos a referirnos a lo ocurrido el pasado sábado en Copenhague cuando se enfrentaban Dinamarca y Finlandia.
En ese encuentro, el jugador danés Cristian Erickson sufrió un colapso y solo gracias a la rápida intervención de los jugadores, primero, y los médicos casi inmediatamente, lograron salvarle la vida.
Pero gracias también a un protocolo para casos de esa emergencia preparado por la FIFA a raíz del fallecimiento en el 2003 en un partido de fútbol del camerunés Marc-Vivien Foé.
Ese protocolo incluye seis pasos, como detectar si el jugador sufre un paro cardiorrespiratorio súbito, el permiso a los médicos de entrar al campo de juego sin esperar la autorización del árbitro, comprobar si está consciente, pedir una ambulancia, intentar reanimar al jugador con presión de las manos únicamente, y contar con un desfibrilador y usar las descargas eléctricas si es necesario.
Esto último debió aplicarse a Erickson ya que quien lo atendió dijo luego que se le paró el corazón.
Los momentos de angustia vividos el sábado en el estadio de Copenhague, y en todo el mundo, tuvieron un final feliz gracias a las previsiones de la FIFA y la UEFA. Eso salvó a Erickson.