Está harto demostrado ya que el diálogo asume en este medio mucho de apariencia. Por ello, los llamados consensos no resisten la menor brisa, y sus efectos duran menos que una cucaracha dentro de un gallinero. Muchos de los que asienten en los procesos de negociaciones luego se tornan negativos y revocadores. Así acaba de ocurrir con los acuerdos –que resultaron una pura suposición de entendimiento- en torno a la propuesta de reforma fiscal del Poder Ejecutivo.

La posición del gobierno anda por un lado y las de los otros entes nacionales, por otro. Convenzámos de que el único consenso posible es el que represente el reparto de ventajas para todos; no de sacrificios. ¡Alguien podría hallar tan insólita fórmula para que este país eche para alante?

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Incompetencia

Aunque el gobierno de Taiwán ha sido criticado acremente por sus opositores en la isla por donarle un hospital cuestionado  a la República Dominicana, a quienes más hay que criticar de este lado del mundo es a las autoridades receptoras de la ayuda. Tenemos a funcionarios capaces de trabajar soterradamente –y sin esperar aprobación congresional a su financiamiento- para poner en movimiento un controvertido metro, pero que no se ocupan de crear, abiertamente y con la asignación correspondiente de recursos menores, las condiciones que permitan aprovechar el flamante centro de salud traído a Azua por la generosidad de nuestros amigos chinos y que no ha podido todavía rendir todos los frutos posibles. Lo idóneo, lo práctico, lo urgente, recibe desprecios y confirma incapacidades. Lo faraónico desvela y mueve a empeños.

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Ahora o nunca

Existe un proyecto que financiaría el Banco Mundial para poner en orden las conexiones eléctricas ilegales en extensas zonas barriales. Sería el más contundente paso contra el uso irregular de la electricidad en República Dominicana. Para neutralizar el posible rechazo de usuarios a estos trabajos de regularización, a nadie se le va a cobrar por el arreglo, y las familias pobres podrían, además, continuar por tres meses más consumiendo sin pagar. Pasado ese plazo, la mayoría quedaría sujeta a tres niveles de pagos mínimos subsidiados; la escala menor serían cien pesos mensuales. Si con este proyecto  no comienza a desaparecer de manera importante la cultura de gratuidad de la energía, dentro de 50 años seguiremos sufriendo apagones por gruesas pérdidas por flujos sin cobrar.

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Las mujer del César

En este país no existen, de manera sistemática e institucionalizada, acciones de rechazo al inmigrante haitiano ni a sus descendientes. Pero las permisividades y la ausencia de métodos y controles para hacer frente al avance trashumante de los vecinos crea caos y da pie a actuaciones  abusivas o indolentes y hasta a algunos actos de crueldad, como matar haitianos en respuesta a actos criminales atribuibles a algunos de ellos. Es increible que este país haya sido tan incapaz de preservar su frontera ni haya aplicado normas que permitan manejar el status legal de los migrantes y de sus hijos. Acaban de condenar al país por algo de eso y si no llenamos  el vacío de reglas que nos hace aparecer como los malos de la película, volverán a condenarnos. Tenemos que ser justos con los haitianos y parecerlos en todo momento.