Tiró la toga y el birrete para ser organizadora de closets

Tiró la toga y el birrete para ser organizadora de closets

Desde jovencita a Elizabeth Rosell se le ha hecho fácil estar involucrada en el mundo de los negocios.

Precisamente por esa vena emprendedora decidió arriesgarse a hacer una pausa en su profesión de abogada para comenzar a recorrer un camino en el emprendimiento, tomando en cuenta que, si no funciona, con humildad, volvería a emplearse.

Con apenas 30 años, dejó a un lado su toga y birrete, para ponerse una ropa cómoda, menos formal, e iniciar eso que tanto la apasiona y la llena de satisfacción, que es organizar y optimizar closets.

Nos cuenta que siempre le ha gustado la organización. Un ejemplo de ello es que en casa de sus padres movía las cosas de lugar para embellercerlo más o simplemente para arreglar algo.

Elizabeth recuerda que tenía una gran necesidad de mantener su habitación en orden en todo momento, no podía estar tranquila. Tanto era su afán que se percató que se trataba de un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

Movida por esa obsesión, un día se ofreció a organizar el armario de unas amigas, ¿y saben qué? Pues le fue muy bien, porque sus amistades se quedaron sorprendidas con sus habilidades. De ahí el dicho: “no hay mal que por bien no venga”.

A raíz del diagnóstico de este trastorno, inició su proyecto al que llamó Ordenâre, en el que desde hace justo un año pone su empeño y amor. Nunca ha olvidado su primera clienta formal, una conocida llamada Leidy Peña.

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Sobre el nombre del negocio, tardó días pensando, hasta que le llegó a la mente Ordenâre.

“El acento circunflejo sobre la “a” es justamente para acentuar el nombre y no pronunciarlo como el verbo ordenar en futuro simple, o sea “ordenaré”, y a la vez, con la forma de una casita, hacer alusión a “espacios”.

En cuanto al color morado del logo, va asociado a la lavanda, una flor cuyo olor incita a la paz y relajación, justamente lo que busca llevar a quienes soliciten su servicios.

De abogada a organizadora:

Esta enérgica y multifacética joven dice que lo mejor de emprender es no estar atado a un compromiso laboral, ya que hay más libertad con el horario y su agenda.

Comenta que la transición fue retadora porque pasó de un salario fijo los 15 y 30, a tener que salir a la calle buscar cada centavo.

Con firmeza expresa que el Derecho siempre será su profesión, incluso tiene una firma de abogados junto a su padre y dos socias, llamada RBB Jurídica.

“Estoy clara de que una es mi profesión y la otra mi pasión”.

Encontrar ese balance ideal entre el orden y la estabilidad mental quizá resulte difícil para muchos cuando su casa, guardarropa o despensa está desorganizada, en especial cuando hay un apego emocional y se van acumulando cosas.

La experta se ha encontrado con casos así, y aunque se trate de piezas con algún afecto o recuerdo, busca la forma de convencer a la persona, pero con mucho tacto y respeto.

Destaca que el que no ha vivido la experiencia no lo cree, pero tener tus espacios en orden te libera de ansiedad, agobio y estrés.

Así lo confirman quienes han usado su servicio al decir que una vez que tienen su lugar organizado duermen y respiran mejor.

A Elizabeth el emprender le ha caído muy bien, tanto a nivel financiero como personal, porque está haciendo lo que ama de una forma natural.

Me siento más productiva y cuando “uno hace lo que realmente le apasiona le ponemos más empeño y amor, por lo que siempre nos irá mejor”, finalmente comentó.