Tiros en el “Nothing Found” Country Club

<P>Tiros en el “Nothing Found” Country Club</P>

El caso del asesinato del convicto narcotraficante Rolando Florián Féliz en la cárcel de Najayo debería sacudir a esa parte de la consciencia colectiva adormecida para evitar el dolor de pensar en asuntos incómodos. Más allá del morbo insaciable del público, que absorto en los detalles del asesinato acepta como normales ciertas circunstancias puestas en relieve, la prensa acaba de destapar, como se dice en inglés, una lata de gusanos.

No se trata de excusar o justificar, pero tampoco llenarse la cabeza de cenizas porque un interno condenado a 20 años por narcotráfico, asesinato y secuestro deba ser matado a balazos por un capitán a quien el capo perseguía cuchillo en mano. Es que, ¿qué clase de cárcel es Najayo, dónde un coronel y un capitán deben ir a rogarle a un preso a las nueve de la noche para que éste saque de su celda a dos mujeres que desde mediados de la tarde le visitaban?

¿Cómo es que un hombre tan peligroso tenía en su celda teléfonos celulares, bebidas alcohólicas, comodidades de lujo y hasta un filoso puñal con el que hirió al capitán y alegadamente intentó matar al coronel? ¿Cómo es que en varios de los reportes de prensa se afirma que Florián estaba endrogado? ¿Y cómo es que podía corretear por áreas de la recepción de esa cárcel persiguiendo a los oficiales y después de herido regresar por su pie a su celda?

Las condiciones de encarcelamiento de Florián recuerdan cómo en Colombia algunos capos financiaban ellos mismos la remodelación de las cárceles y se hacían llevar hasta sus obras de arte preferidas para mitigar su acomodada reclusión. Cuando varió la disposición del Gobierno para permitir la extradición a los Estados Unidos, los capos escapaban del presidio por la puerta principal.

En los Estados Unidos, CNN y Fox News mostraron hace pocas semanas la celda donde el infame financista Bernie Madoff pasará casi seguramente el resto de sus días. Las cárceles gringas son democráticas pues hay igualdad para todos.

Aquí las cárceles reflejan la sociedad fuera de las rejas. Desde “apartamentos” de lujo con cable y plasma e Internet de banda ancha hasta visitas conyugales ilimitadas y comidas a la carta, ¡dentro de Najayo! Además, festejos como el de Florián…

Ofende a la sociedad que aun encarcelados, delincuentes y criminales convictos se burlen de todo y todos.

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