Este martes se conmemora el 103 aniversario de la mayor tragedia trasatlántica de los mares. La madrugada del 14 de abril de 1912, el Royal Mail Steamship Titanic (Buque de vapor del Correo Real Titanic) chocó contra un iceberg (bloque de hielo), mientras se dirigía en su viaje inaugural, desde la ciudad de Southampton, en el Reino Unido, hasta Nueva York, provocándose posteriormente su hundimiento.

En la desventurada travesía por las heladas aguas del Atlántico Norte murieron 1,514 personas de las 2,223 que iban a bordo, lo que convierte a esta catástrofe en uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempo de paz.

Construido entre 1909 y 1912 en el astillero Harland and Wolff de Belfast, el Titanic era el segundo de los tres transatlánticos que formaban la clase Olympic, propiedad de la naviera White Star Line.

En 1997, el director James Cameron realizó una adaptación de este fatídico hecho para la pantalla grande, siendo merecedora la misma de 11 Premios Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood.

Kate Winslet y Leonardo DiCaprio protagonizaron la trama, en la que Jack (DiCaprio) un joven artista, en una partida de cartas gana un pasaje para América, en el Titanic, el trasatlántico “más grande y seguro jamás construido”. A bordo, conoce a Rose (Kate Winslet), una joven de buena familia que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quien sólo interesa el prestigioso apellido de su prometida.

Jack y Rose se enamoran, pero Cal y la madre de Rose ponen todo tipo de trabas a su relación. Inesperadamente, un inmenso iceberg pone en peligro la vida de los pasajeros, incluyendo la del propio Jack, quien muere por hipotermia en el frío océano, tras socorrer a su amada Rose, a quien ayuda a subir a un trozo de madera, concluyendo la película con un triste e inesperado final.

Actualmente, los restos de la embarcación, de la que se decía que «ni Dios podía hundir», reposan al sur de las costas de Terranova en Canadá.