TLC

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POR UBI RIVAS
El TLC (C-CAFTA) que el presidente Hipólito Mejía avanzó firmaría con Estados Unidos en los primeros días de agosto próximo, es la creencia más sostenida y sensata, que debe aplazarse hasta que el nuevo presidente de Estados Unidos, a partir de enero 20/05, lo disponga.

El nuevo presidente de Estados Unidos sin que quepa duda a mucha gente lo será el candidato del Partido Demócrata, John Kerry, que le propinará una zurra electoral el dos de noviembre próximo a su rival del Partido Republicano, el actual presidente George Bush Jr. que intentará en vano reelegirse.

Kerry ha avanzado que de merecer la mayoría de votos para el triunfo de su candidatura, remitirá el TLC con nuestro país al Congreso, con mayoría de su partido, que lo rechazará.

Los diarios nacionales vienen insertando espacios pagados de las instituciones medulares rectoras de la producción agropecuaria, que rechazan el TLC porque traduciría la desaparición de ese clave y vertebral sector del accionar económico dominicano desde los tiempos coloniales.

Los representantes de las zonas francas industriales, un modismo de la economía dominicana de apenas tres décadas, favorecen la aprobación meteórica del TLC con Estados Unidos, sin detenerse a conceder una oportunidad al sector agropecuario, que es el más importante de un país, no importa que como en los casos de Venezuela y México, el petróleo constituya el mayor aportador de riqueza y/o moneda dura.

Los productores agropecuarios afirman que la aprobación de un TLC con el paquete de subsidios imperante en la agropecuaria norteamericana, sencillamente no es solamente que los sacaría de competencia, sino que los eliminaría irremediablemente para siempre.

Revisión es la palabra y accionar mágico que elevan los productores agropecuarios para que se firme un TLC equitativo que impida que desaparezca un sector productivo elemental y troncal en la economía dominicana, que dispone de 243,939 unidades productivas censadas, provee empleos directos a 521,427 individuos é indirectos a 2,085,708 y contribuye al PIB con un 12%, conforme a datos del Banco Central.

El documento del sector agropecuario que eleva la instancia de un receso para decidir este asunto de cardinal importancia, lo firman 56 unidades productivas de los renglones alimenticios más solicitados y/o de mayor demanda en la mesa diaria de los dominicanos.

La Junta Agroempresarial Dominicana, la Asociación de Hacendados y Ganadores, los productores de leche todos, de arroz, azúcar, porcino, avicultores, papas, cien mil productores de parceleros de la Reforma Agraria con una carga familiar superior al medio millón de dominicanos, integran los núcleos decisivos que encarecen un aplazamiento para 2005 aprobar el TLC con USA.

Es muy poco en realidad lo que se perdería acatando este plazo y muchísimo lo que ganaría el país para su estabilidad económica y social, de manera que corresponde al presidente electo, doctor Leonel Fernández, cursar una formal solicitud al presidente George Bush jr. para que aplace hasta 2005 firmar el comprometedor documento, endosándole el petitorio del sector agropecuario dominicano, otra de las urgentes papas que le dejará resolver el presidente Mejía y que el presidente Fernández, con su profundo talento y proverbial reflexión, superará todas las papas calientes que heredará, con el apoyo reiterado que el pueblo dominicano le ofreció el 16 de mayo.

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