POR LEONORA RAMÍREZ S.
El tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (NAFTA por sus siglas en inglés) aumentó los empleos y la calificación de la mano de obra en México, pero ese esquema comercial no ha sido suficiente para conjurar la pobreza.

El planteamiento lo hizo Isabel Téllez, la embajadora mexicana que asistió al almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, donde analizó algunos aspectos de la problemática social de su país.

«Este convenio favoreció mucho al sector comercial, pero nos faltan todavía más beneficios para las mayorías, por eso trabajamos con nuestros vecinos del norte en aspectos que fortalezcan más el aspecto económico», refirió.

Téllez expresó en ese sentido que existen comisiones bilaterales que discuten tópicos sociales, con la finalidad de que una mayor cantidad de mexicanos obtengan beneficios colaterales del acuerdo.

Al hablar sobre la importancia del NAFTA manifestó que este era inminente, porque no se puede compartir una frontera de casi tres mil kilómetros (la de México con Estados Unidos) sin regularizar el comercio.

DELINCUENCIA

Téllez dijo que Ciudad México, como las demás capitales del mundo, enfrenta el flagelo de la delincuencia, pero que en muchas ocasiones se exageran las informaciones relacionadas con ese problema.

La embajadora dijo que el desordenado crecimiento de núcleos urbanos alrededor de Ciudad México, Monterrey y Guadalajara, influye en el aumento de la violencia y la criminalidad, pero consideró que es el narcotráfico el mal mayor.

«El narcotráfico, que golpea a todas las naciones, está relacionado con el incremento de la criminalidad, porque está actividad tiene demasiadas ramificaciones».

En ese sentido, favoreció que todos los mexicanos se unan para la luchar contra la violencia, pero principalmente desde el seno familiar.

DE JUÁREZ A CHIAPAS

En el transcurso de diez años más de 300 mujeres han sido asesinadas en Ciudad Juárez, una comunidad mexicana ubicada en la frontera con Estados Unidos.

Dada la impunidad que envuelve a esos asesinatos, las organizaciones no gubernamentales que trabajan con mujeres han dado su voz de alarma.

Al tocar ese aspecto, la embajadora mexicana refirió que es difícil perseguir y sancionar a los culpables de estos crímenes, por la imposibilidad de controlar el paso por la frontera.

«Es una ciudad de tránsito. Allí va mucha gente de otros países centroamericanos y otras partes del mundo que tratan de ir a territorio estadounidense… entonces es difícil enfrentar esos hechos,» explicó.

En Ciudad Juárez hay un importante parque de zona franca (Maquilas, como le dicen los mexicanos), y allí encuentran trabajo cientos de mujeres de escasos recursos.

La embajadora también tuvo tiempo para resaltar que la sublevación de Chiapas permitió que los mexicanos reflexionaran sobre la miseria de una de las regiones más pobres de la nación Centroamericana.

El primero de enero de 1994 el ejército zapatista, dirigido por el subcomandante Marcos, organizó un movimiento insurgente en Chiapas, en reclamo de reinvindicaciones sociales y étnicas.

«La sublevación se venía gestando por muchas razones, principalmente de carácter social y económico, porque esa es una zona muy pobre y diversa culturalmente».

«Este hecho nos hizo reflexionar sobre nuestras raíces y nuestros problemas sociales, puso en nuestros ojos las necesidades de esa región y permitió una reforma con una reconocimiento para una serie de grupos étnicos que quieren mantener sus costumbres», destacó.