Toca restaurar la conciencia que hemos perdido

Toca restaurar la conciencia que hemos perdido

El grito se escucha a lo lejos. El cerro se viste de ayer y, a golpe de un eco que sabe más a sueño que a realidad, nos dice que hoy es 16 de agosto, Día de la Restauración.  Y entonces, cual si se tratara de un conjuro especial, nos trae la imagen de Gregorio Luperón.

Así, con las reminiscencias de aquella jornada del año 1863, he decidido levantarme  hoy. Quiero apostar, justo cuando inicia el mandato del presidente Danilo Medina, a que restauremos lo que hace años hemos dejado en el camino: la conciencia nacional.

Mientras vemos cómo muchos regresarán a sus casas, esas de  lujo que adquirieron en los gobiernos de Leonel Fernández, toca esperar que los que se instalan hoy  no tengan  esa intención: necesitamos que sirvan al Estado, no que se sirvan de él.

Hoy, en su primer día como Presidente, quiero pedirle a Danilo  que restaure en nosotros la confianza, haciendo del gobierno un ejercicio de austeridad, prudencia, transparencia real y verdadera rendición de cuentas.

Necesitamos que el nuevo Presidente tome su lema de campaña como espada, librando una batalla contra la corrupción, la ilegalidad, el egocentrismo y el afán de creerse dueños del Estado, de las instituciones… de nuestros impuestos. Que, de una vez por todas, solucione los problemas fundamentales del país y, en lugar de crear paraísos de cemento, invierta  en mejorar la calidad de vida los ciudadanos.  Apelamos a que se centre en la educación, la salud, la seguridad… las cosas que tanto nos afectan. Aspiramos a que, al gobernar, lo haga con el traje de Capotillo en el alma.

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