Todavía no hay proyecto de reforma fiscal

Todavía no hay proyecto de reforma fiscal

El gobierno dominicano no tiene un proyecto oficial terminado sobre los detalles de la reforma fiscal, ya sea en lo referente al Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), del Selectivo al Consumo (ISC) y de la Renta.

Así lo informó ayer la Dirección General de Impuestos Internos, que adelantó que la único que existen son propuestas, sugerencias y escenarios presentados por técnicos nacionales e internacionales y otros sectores de la vida nacional.

A continuación el texto de la declaración:

La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) declara que el Gobierno Dominicano no tiene ningún proyecto oficial terminado sobre los detalles de la reforma fiscal, ya sea en lo referente al Impuesto sobre la Transferencia de Bienes Industrializados y Servicios (ITBIS), Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) o Impuesto sobre la Renta.

Como Director General de Impuesto Internos, doy testimonio de que lo único que existen son propuestas, sugerencias y escenarios presentados por técnicos nacionales e internacionales, así como por diferentes sectores de la vida nacional, dentro de ellos grupos económicos, acerca de lo que entiende cada uno de ellos, podría ser una reforma fiscal, incluyendo partidas arancelarias, tasas y exenciones.

Durante lo días 14 y 15 del presente mes de abril, celebraremos un seminario internacional, auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en el marco de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que hemos denominado “Reforma Fiscal y Autonomía Presupuestaria de la Administración Tributaria Dominicana”, en el cual escucharemos exposiciones magistrales de expertos tributaristas internacionales acerca de las experiencias de los diferente países en materia de reforma fiscal, a fin de tomarlo como referencia para que la reforma que tenemos por delante se haga lo más equilibrada, racional como equitativa, con el propósito de que no sean los sectores menos pudientes aquellos que carguen con el peso de la misma. Muy por el contrario, nuestra opinión, compartida por importantes sectores dentro del Gobierno y del país, es que la reforma debe concebirse como un proyecto de desarrollo a mediano y largo plazo y no sólo como un instrumento para salir de un problema coyuntural creado por una situación especial de la que ningún sector y especialmente el sector privado, es ajeno.

Nadie puede en este momento hablar con autoridad en nombre del Gobierno acerca de tasas de ITBIS, eliminación de exenciones, Impuesto Selectivo al Consumo o modificación de tasas de Impuesto sobre la Renta; todo es pura especulación de algún documento, elaborado por algún técnico, que no tiene el sello del Gobierno ni de la DGII, que es la que en ultima instancia, aplicará la referida reforma y sin cuya opinión, estoy seguro, que el Gobierno no le dará curso.

Hablar de reforma fiscal no es solamente bajar o subir tasas, agregar o quitar partidas, eliminar o poner exenciones. Reforma fiscal implica, un proyecto estructural, en el que se tomen en cuenta todos los aspectos legales, así como a los instrumentos o herramientas para llevarla a cabo.

Hablar de reforma fiscal significa eliminar todas las distorsiones que le han sido introducidas al Código Tributario a través de otras leyes y resoluciones, pretendiendo erosionar a la autoridad encargada de administrar los impuestos. Reforma fiscal implica el establecimiento de mayores sanciones a los que tienen la tendencia a evadir los impuestos.

Por todo esto, es pura especulación lo que se ha estado manejando públicamente en cuanto al contenido del proyecto de reforma fiscal, especulaciones estas que probablemente obedecen a intereses particulares o grupales, que en nada benefician lo que debe ser una reforma fiscal despojada de pasiones políticas y de intereses económicos. La reforma fiscal debe y tiene que ser, reitero, un instrumento de desarrollo a corto, mediano y largo plazo, que le permita al Estado y al país, desenvolverse por lo menos en un periodo de diez años, sin necesidad de tener que recurrir a modificaciones improvisadas.

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