La segunda etapa de la Temporada Sinfónica fue una noche mágica para la música clásica, bajo la dirección del maestro Thomas Sanderling y el violín de Ilya Kaler.

El concierto inició a las 8:41 de la noche, cuando las luces se apagaron y las cortinas se abrieron dejando al público que casi llenó la sala  Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, con la música de Johannes Bramhs.

La primera pieza interpretada por la Orquesta Sinfónica fue la “Overtura del Festival Académico”, un popurrí de canciones estudiantiles que desbordó los sentimientos.

“El Concierto en Re mayor para violín y orquesta Op. 77”, continuó deleitando a los amantes de esta música clásica que consta de tres movimientos, y en la que Ilya demostró su virtuosidad en el manejo de su instrumento.

Estos tres movimientos fueron: “Allegro, Non troppo”, “Adagio” y “Allegro giocoso ma non troppo vivace”, dieron paso  a una gran ovación de pie del público que duró más de un minuto y medio.

El cierre de la gran noche resultó ser la “Sinfonía No. 4 en Mi menor, Op. 98”, el cual   se desarrolló de la manera siguiente: “Allegro non troppo”, “Andante moderato” y “Allegro giocoso”, concluyendo así el concierto “Todo Brahms” a las 10:45 de la noche.

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Los maestros

Thomas Sanderling

Estudió en la Escuela de Música del Conservatorio de Leningrado. A los 24 años de edad se convirtió en Director Musical de la Ópera de Halle. Ganador del premio de la Crítica de Japón en dos ocasiones. Ex director de la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo.

Ilya Kaler

Nació en Moscú, en una familia de músicos y se entrenó con los mejores profesores del Moscow Central School of Music y El Conservatorio de Moscú. Ha sido ganador de numerosos premios y ha sido el único violinista que ha ganado medallas de oro en las competencias de Tchaikovsky, Sibelius y Paganini. Es un artista destacado del violín.