Todo, de la nada

Todo, de la nada

Dios no buscó materiales en ninguna parte para crear el cielo, la tierra, los océanos, los animales y al hombre; sencillamente los hizo, como reza el adagio catequístico, “de la nada”.

Los que tienen el poder y desean continuar disfrutándolo (en nuestro caso, los llamados “reeleccionistas”) han armado una estructura que para muchos resulta imbatible. Se han agenciado decenas de aliados bajo promesas de asignación de cargos, contratos, candidaturas y otras prebendas, que serán repartidas antes y después del triunfo electoral en el próximo año.

La oposición, que, según la publicidad gubernamental luce famélica, desnutrida y desvencijada, está atrapada por el afán de protagonismo de algunos de sus representantes y agrega a sus debilidades el hecho de que el Partido Revolucionario Moderno (PRM o PRD-Abinader) con mayor número de miembros y simpatizantes en la oposición, solo dispondrá de recursos asignados por la Junta Central Electoral en una proporción casi de 100 a 1, equivalente a “nada” para financiar parte de su campaña.

No obstante lo anterior, el PRM tiene a su favor la energía de “la nada” que tuvo, según la biblia, el gran arquitecto del universo, ya que, al no tener “nada” porque está fuera del poder, no tiene el conflicto de repartir con decenas de aliados un patrimonio gubernamental que ya está comprometido entre los que ahora disfrutan y los que se sumarán (¡fuerte tarea matemática para los repartidores!) lo que explica el cierre de negociaciones con el Partido Reformista y algunos del PRD-Miguel Vargas, insatisfechos por la porción del pastel nacional que ofrecen los reeleccionistas.
Sencillamente, el que “nada” tiene, si gana las elecciones, lo tendrá “todo” para repartir.

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