Todo incluido, niños gratis

Todo incluido, niños gratis

Los hoteles turísticos ofertan especiales para atraer clientes, bajo la modalidad de todo incluido. Con este plan, los vacacionistas pueden disfrutar de facilidades, servicios y atenciones de buena calidad.

La respuesta de los criollos es favorable, cuando incluyen en el paquete que los niños acompañados de sus padres o parientes no pagan.

Hasta ahí las cosas marchan perfectamente. Lo que distorsiona la situación es cuando esos establecimientos aceptan personas con poca convivencia, mal comportamiento, y hacen uso inadecuado de las facilidades que brindan estos establecimientos.

Cuando se admiten personas que no reúnen las mínimas condiciones para adecuarse y compartir en estos ambientes, se alteran todos los preceptos de una sana diversión.

El turismo criollo, salvo raras acepciones, deja mucho que desear, por el pésimo comportamiento de estas personas, cuando hacen uso de las facilidades, tales como la piscina, el comedor, durante el Show nocturno, discoteca y en las áreas de las habitaciones.

Resulta indignante ver el comportamiento de estos «turistas» dominicanos cuando asisten a estos hoteles. Son la vergüenza de todos, por su mal comportamiento y el irrespeto que exhiben. Actúan de forma atropellante, y protagonizando situaciones de mal gusto, que en ocasiones se convierten en ridículos.

Hablan el voz alta, en áreas de las habitaciones, en horas de la madrugada. Se embriagan en las noches y se comportan de forma irrespetuosa para con sus semejantes: Todo esto, ante la mirada de asombro de algunos turistas extranjeros.

Pero el colmo de estos inescrupulosos se manifiesta cuando asisten a las áreas del comedor. Allí estos prueban la comida antes de servirla en sus platos, no respetan las filas en el Buffet, se llenan exageradamente los platos con todas las variedades de comida, mientras que los niños, sin ninguna educación ni clase y con el descuido total de sus padres, desperdician todo tipo de comestible, y hacen un mal uso de las gaseosas, postres.

Lo más penoso es que la dirección de algunos de estos hoteles, no le advierten a sus clientes la necesidad de asumir un comportamiento formal y de convivencia civilizada.

Con el afán de captar clientes, parecería que están dispuestos a soportar cualquier tipo de anormalidad conductual de esas personas, que con tal de «gozar» su estadía en esa hotel, son capaces de mostrar su irrespeto para con los demás.

Si los hoteleros no meditan sobre esa situación, el turismo internacional podría menguar, porque muchas culturas europea, canadiense, y norteamericana, no comparten ese tipo de situación. Son personas que viajan hacia estos países caribeños para descansar y leer, aunque la diversión forme parte de sus deseos, lo hacen con moderación y la cordura necesaria y eso hay que respetarlo.

Sería importantes que se medite sobre esto y se tomen los correctivos de lugar.

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