El año escolar comienza el lunes y todo está listo para iniciar la tanda extendida, una modalidad con la que se aspira reducir el déficit de horas de docencia que ha caracterizado la enseñanza pública. El ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, habla con entusiasmo y seguridad acerca de lo hecho, las metas y lo que está por hacer, y deja evidencia de que no solo se ha estado construyendo nuevas aulas, sino que aún sin haber modificado el programa de enseñanza, se trabaja en la calidad docente para tapar lagunas.

Como invitado al almuerzo semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, Amarante Baret detalló que expertos en educación trabajan en la reforma del plan de enseñanza, pero que a partir del lunes, día de inicio de clases, se incluyen cursos optativos que incluyen desde artes plásticas hasta talleres para el fortalecimiento de las materias básicas. Para esa innovación se ha capacitado a los maestros, con el fin de aprovechar al máximo la tanda extendida.

La calidad profesoral es otra arista a la que se le presta atención, involucrando a las universidades, que deberían mejorar su currículo para el magisterio. También habría becas disponibles para todo el que reuna condiciones y quiera estudiar magisterio. En fin, todo está listo para un año escolar con innovaciones que podrían mejorar las expectativas educativas del país.

CONTRA VIOLENCIA DE GÉNERO

Las políticas del Estado contra la violencia de género y su consecuencia más dramática, el feminicidio, necesitan ser revisadas, actualizadas, complementadas y afinadas de tal modo que puedan llenar su cometido. Lo dicen varios expertos, basándose en el testimonio de las altas cifras de asesinatos pasionales que registra el país.

La Procuraduría General de la República convocó un panel en el que fueron recogidas las recomendaciones con las que varios expertos aspiran a que se creen las condiciones para prevenir el feminicidio, proteger a la mujer amenazada, dar asistencia profesional a los huérfanos por esa causa, instaurar la educación temprana en las escuelas para la prevención y otras iniciativas. El Estado, que ha hecho un pobre papel en la lucha contra la violencia intrafamiliar, debería valorar estas propuestas y trabajar para aplicar muchas de ellas. El país lo necesita con urgencia.