Cuando hablamos de dorado tendemos a pensar en Navidad, pero hoy esa idea está muy lejos de la realidad. El dorado se puede utilizar durante todo el año, siempre y cuando lo usemos bien. Con él podemos lograr espacios elegantes y muy chic.

Es un color que evoca el lujo y la realeza, y dependiendo de con cuál tono lo combinemos podemos crear distintas atmósferas.

El dorado combinado con un tono lila o morado puede favorecer una atmósfera cálida, pero si lo combinamos con fucsia o naranja le damos un tono festivo y sofisticado. La combinación negro y oro juega con el diseño chic y sobrio.
Los revestimientos de paredes en tonos dorados son grandes aliados para cambiar el aspecto de una estancia y van muy bien con muebles en tonos crema y tierra para hacer un ambiente elegante.

Para dar acentos a una habitación neutra los complementos en dorado van muy bien. Con un sofá blanco incluimos una mesa de centro dorada y cojines en colores vivos y tendremos una estampa al estilo Hollywood.

Las botellas, pequeñas esculturas y marcos de espejos y fotografías son esos imperdibles que esta temporada se han adueñado de las revistas de decoración actual, conjugándose perfectamente con diferentes estilos decorativos, tanto clásicos como modernos.

No podemos dejar atrás los textiles, si toda el área es de colores neutros, te pueden servir unas cortinas doradas o añadirle vida al sofá con cojines dorados o almohadas en este tono para un dormitorio elegante.

Es indiscutible que el dorado ha llegado a todos los rincones del hogar y se quedará por un tiempo. Una pieza dorada como un espejo o un mueble recibidor se convierte en una buena pieza focal. Este tono añade brillo, glamour y calidez a los espacios, así que puedes empezar a ver dónde incluir el dorado la próxima vez que vayas a hacer un cambio en la decoración.