POR SÉNTOLA MARTÍNEZ
En los últimos días el país ha vivido en zozobra epidemiológica sin ninguna razón. Aun más, hay quienes se han atrevido a, (quién sabe con que fines), usar términos como brotes, epidemias, pandemias, entre otras, sin conocer en lo mas mínimo su significado y mucho menos el daño y el alcance que pudiera producir en la población la pérdida de confianza en una de las principales instituciones del país, como lo es la secretaria de Estado de Salud Pública y Asistencia Social (SESPAS).
Nosotros conocemos más debilidades del sistema que muchos de lo que se aventuran a opinar, solo con el objetivo de granjearse simpatías politiqueras a destiempo, sin tomar en cuenta la miseria y la situación de pobreza en que vive más del 50% de la población dominicana.
Cuando está en juego la salud de una nación hay que actuar con responsabilidad y más que eso, ser solidario principalmente con los que menos pueden. Es cierto que el país en estos momentos debe permanecer en alerta epidemiológica porque estamos frente a un problema serio de salud. La infección producida por el virus del dengue hay que enfrentarlo, pero sin dejar de conocer que es una enfermedad, que biológica y climatológicamente está en su período más favorable (julio-noviembre). Debido a que las condiciones climatológicas de esos meses favorecen la reproducción del mosquito vector (Aedes-Aegypti), sin dejar de reconocer en su real categorización epidemiológica que no es la más importante de las enfermedades que padece nuestro país.
Asumamos con responsabilidad el problema de salud de la nación.
A pesar de que en los últimos once años hemos recibido notificaciones de unos 26,266 casos probables de dengue, sin embargo existen otros eventos de salud de mayor riesgo como son la desnutrición, infecciones varias, tuberculosis, diarreas y una de las principales enfermedades del país en personas menores de 14 años y mayores de 65, la Infección
Respiratoria Aguda (I.R.A.), que reportan en los últimos años el 80% de las consultas en diferentes centros asistenciales que oscilan entre 6,000 a 10,000 casos semanales. Amén de la diversidad y complejidad de los diferentes virus que la produce, dicha influenza pudiera poner en juego no solo la salud del país sino de toda la humanidad.
El dengue es una enfermedad doméstica y de fácil manejo, ya que en los países endémicos, como el nuestro, conocen el vector transmisor, lo que facilita su control. La mayoría del personal de salud conoce los signos y síntomas; y lo más importante es que la familia puede participar en la prevención, control del vector y en el tratamiento del paciente.
Por último, el país cuenta con gran número de profesionales y técnicos integrados en diferentes frentes para prevenir y enfrentar la enfermedad, como son la Comisión Nacional para la Prevención y Control del Dengue, Comisión Técnica del Dengue, Estrategia Nacional de Gestión Integrada de Prevención y Control del Dengue de la Republica Dominicana, el Centro de Enfermedades Tropicales (CENCET), vigilancia epidemiológica permanente en las 31 provincias y las nueve Áreas de Salud, asesoramiento, coordinación y cooperación de la OMS, OPS, Banco Interamericano de Desarrollo (BDI), entre otras instituciones internacionales. Podemos decir que el país nunca antes había tenido una gestión de salud tan identificada y preocupada por resolver los problemas y dificultades del sector, por lo que en tal sentido apelamos a la sensatez, el buen juicio y la solidaridad que caracteriza a toda la gente buena que puebla y que crea opinión en nuestra isla. A luchar contra el dengue y todas las demás enfermedades y tragedias que día a día pone en juego la salud y la vida de nuestra gente. Un ¡No! A los que a destiempo tratan de minimizar esta gestión de salud y la sabiduría de nuestro pueblo, queriendo simplemente pescar en río revuelto.
¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?
Los síntomas principales del dengue son fiebre alta, dolor de cabeza fuerte, dolor de espalda, dolor en las conyunturas, náusea y vómitos, dolor en los ojos y erupción de la piel. Generalmente, la enfermedad es más leve en niños menores que en los niños mayores y adultos. El DH se caracteriza por fiebre que dura de 2 a 7 días, con signos y síntomas generales que pueden ocurrir con muchas otras enfermedades (por ejemplo, náusea, vómito, dolor abdominal y dolor de cabeza). Esta etapa es seguida por manifestaciones hemorrágicas, tendencia a tener fácilmente cardenales, magulladuras, u otros tipos de hemorragias de la piel, sangramiento de la nariz o de encías, y posiblemente sangramiento interno. Los vasos sanguíneos más pequeños (capilares) se hacen excesivamente permeables, permitiendo el escape del suero o componente líquido de la sangre, fuera de los vasos sanguíneos. Esto puede conducir a fallo del sistema circulatorio y choque, seguido de muerte, si el fallo circulatorio no es corregido.
¿Cuál es el tratamiento para el dengue?
No hay medicamento específico para tratar la infección del dengue. Las personas que crean que tienen dengue deben evitar los analgésicos con aspirina y usar aquellos con acetaminofén. Deben también descansar, tomar líquidos y consultar un médico.
¿Hay un tratamieto efectivo para el dengue hemorrágico?
Como con el dengue, no hay medicamento específico para el DH. Sin embargo, este puede tratarse efectivamente con terapia de reemplazo de líquidos si se hace un diagnóstico clínico temprano. Los médicos que sospechen que un paciente tenga DH pueden consultar la Sección de Dengue del CDC para más información.
¿Dónde pueden ocurrir los brotes de dengue?
Los brotes de dengue ocurren principalmente en áreas donde vive el mosquito Aedes aegypti. Esto incluye la mayor parte de las áreas urbanas tropicales del mundo. Los virus de dengue pueden ser introducidos en estas áreas por viajeros que son infectados mientras visitan otras áreas de los trópicos donde el dengue existe comúnmente. En las Américas, todos los serotipos del virus del dengue están ampliamente distribuidos. El DEN-3 fue re-introducido a América Central en el 1994 y ahora se encuentra en todos los países de la región. Ya que este serotipo estuvo ausente de las Américas por casi 20 años, la población tiene un bajo nivel de inmunidad y se espera que el virus se disemine rápidamente.
¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo de adquirir el dengue?
No hay vacuna para prevenir el dengue. La mejor medida de prevención para residentes que viven en áreas infestadas con el Aedes aegypti es eliminar los lugares donde el mosquito pone sus huevos, principalmente los envases artificiales que acumulan agua. Aquellos artículos que acumulan agua de lluvia o son usados para almacenar agua (por ejemplo, envases plásticos, drones de 55 galones, cubos o gomas de automóviles usadas), deberán ser cubiertos o desechados adecuadamente. También, los bebederos de animales y floreros deberán ser vaciados y estregados diariamente. Esto eliminará los huevos y larvas del mosquito y reducirá el número de mosquitos en el hogar. El uso de acondicionadores de aires y tela metálica en puertas y ventanas reduce el riesgo de ser picado por mosquitos en interiores. La aplicación adecuada de repelente de mosquitos que contenga de 20% a 30% DEET como ingrediente activo en la piel expuesta y la ropa, reducirá el riesgo de ser picado por los mosquitos. El riesgo de infección por dengue en viajeros internacionales parece ser bajo, a menos que haya una epidemia en progreso.
El doctor Séntola Martínez Rodríguez es presidente de la Sociedad de Médicos Salubristas y Epidemiólogos.
¿Cómo podemos prevenir epidemias de dengue hemorrágico?
El énfasis para prevenir el dengue está en el control integrado del mosquito, mediante la participación comunitaria y una mínima dependencia en los insecticidas (larvicidas y adulticidas químicos). La prevención de epidemias exige la coordinación del esfuerzo comunitario para aumentar la concientización sobre el DH, cómo reconocerlo, y cómo controlar el mosquito que lo transmite. Los residentes son responsables de mantener sus patios libres de criaderos donde se puedan desarrollar los mosquitos.
Revise bien su casa y los alrededores, asegúrese de que no haya agua apozada y de fumigar periódicamente. aplique repelente a los más vulnerables en la casa (niños y ancianos) y verá como finalmente le pondrá un alto al dengue.