Un hijo siempre es una bendición de Dios y una alegría para el hogar porque, como dicen   muchos padres, desde que su hijo o hija llegó al mundo, su vida cambió totalmente de forma positiva, trayendo más felicidad y  estabilidad a la familia. Pero hay ciertos cambios que le suceden a muchas mujeres y sobre los cuales debemos  estar enterados. ¿Cuáles son y por qué?

 Uno de ellos es la depresión posparto, que se presenta como un cambio en el estado anímico de la mujer luego de tener a un hijo.

Naili Santana,  psicóloga Clínica de Alas Formación y Apoyo,   la describe como “una tristeza que me pone llorona e irritada”. Y dice que es común a muchas madres.

La especialista  expresa que existen factores que pueden incidir en estos casos, como son los cambios hormonales,  la modificación de los cambios de horarios (la madre no descansa los suficiente a su hora acostumbrada), cambios físicos (aumento de peso, y en ocasiones aumento del apetito o lo contrario: dejan de comer), fatiga, incertidumbre sobre su capacidad como madre y manejo de las informaciones que recibe de diferentes opiniones acerca del cuido tanto de la criatura como de ella misma,  entre otros.

¿Cómo se manifiesta? Naili Santana señala que a depresión postparto puede manifestarse en las semanas seguidas de dar a luz o hasta un año más tarde. “Es importante saber que esta condición puede afectar a cualquier mujer”, pues está más relacionada a factores emocionales y ambientales que  la edad y hay que tomar en cuenta que puede  afectar la vida de pareja.

Síntomas.  Santana explica que la mujer con depresión posparto tiene  síntomas similares a los de la depresión que acontece en cualquier momento de la vida, por lo tanto,   la dinámica de pareja se ve impactada y si la madre no es tratada ni recibe el apoyo adecuado puede generar grandes conflictos llegando a erosionar su relación.

Algunos de los síntomas:  Irritabilidad, sentimiento de culpa, fatiga, atención dispersa, dificultad para realizar las tareas del hogar o el cuidado del bebé, ansiedad, dificultad para dormir, ausencia de interés en las cosas que antes le interesaban, sentirse desconectada o distraída, mostrar poco interés en el bebé o exagerada preocupación por el mismo, e incluso pensamientos de muerte o suicidio.

La psicóloga  recomienda que si tiene  algunos de estos síntomas, busque ayuda.

 Inicialmente la madre debe informárselo a su pareja y solicitar ayuda de su red de apoyo (familiares y amigos cercanos) para el cuidado  del bebé, ella y la casa.  Se aconseja asistir a terapia y hacerse una evaluación psiquiátrica. 

Si es diagnosticada con depresión es  probable que el especialista le indique un protocolo con fármacos para ayudarle. Estos tratamientos requieren un minucioso seguimiento por lo menos durante seis meses.

La doctora exhorta a las que sufren depresión, descansar,  no intentar ser perfectas,  expresar los sentimientos abiertamente, asistir a un grupo de apoyo con otras madres, alimentarse adecuadamente y permitirse vivir la maternidad libremente. Esto  ayudará a la madre a tener una buena experiencia.