“Todo por ver”, atractiva desde el título…

“Todo por ver”, atractiva desde el título…

Manuel Alvárez Bravo, icono de la fotografía mexicana y mundialmente uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX, pronunció las palabras siguientes: “Cuando los ojos ven lo que nunca vieron, el corazón siente lo que nunca sintió”. Esta frase, a la vez emotiva y conceptual, corresponde a lo que vemos y sentimos, ante “Todo por ver” en la Galería Nacional de Bellas Artes, una óptima muestra de lo que es la fotografía contemporánea.

La fotografía mexicana se suele considerar como la mejor expresión fotográfica de América Latina. En esa categoría, hemos tenido la suerte de recibir últimamente, en Santo Domingo, testimonios visuales de la Revolución Mexicana y sus héroes -Museo Bellapart-, obras maestras de Graciela Iturbide –Museo de Art Moderno-, retratos tan fascinantes como incontables de Diego Rivera y Frida Kahlo –Quinta Dominica y Casas Reales-. Eran tesoros perennes de la memoria y del arte.
Propuesta actual. Ahora, con “Todo por ver”, colectiva de 57 fotos y varios videos, accedemos al período contemporáneo, a su eclecticismo, a su valentía, a su estética plural e insólita… Cada pieza de ese conjunto es impactante, y, por tanta fuerza y calidad, imagen tras imagen, los organizadores casi le quisieron dar un carácter de equivalencia anónima, cual sea la fama o la edad de los artistas.
Aquí, se pretende abolir la diferencia entre autorías magistrales, confirmadas, emergentes, jóvenes, al menos es la impresión nuestra.
Prácticamente todas las “visiones” alcanzan un grado de provocación, saliéndose voluntariamente de lo ordinario, y, cuando es cotidianidad, la vuelven original e inesperada. Cada foto pide que la miremos en detalle para que tome su pleno sentido… o que la leamos, reinterpretando según nuestra percepción.
La exposición, cedida por la Embajada de México en la República Dominicana, procede del Museo Cuatro Caminos, situado en el norte de la Ciudad de México y dedicado al servicio del desarrollo y la comunidad, junto a la Fundación Pedro Meyer que aúna producción, educación y experimentación.
Pedro Meyer es el fundador del Consejo Mexicano de Fotografía y pionero de la contemporaneidad fotográfica.
Rasgos singulares. La exposición impone su complejidad en cuanto a las imágenes que presenta, proponiendo una serie de temas y enfoques no alineados sobre un estilo o un sujeto determinado, que obligan a la reflexión, sorprenden y propician la audacia.
La misma diversidad, de exuberante a hermética, se hace más patente, por el hecho de que ha intervenido una curaduría, la cual comunica una decisión selectiva y las predilecciones de los curadores.
Cabe señalar la excelencia del texto –serio y divertido- de ambos curadores, Francisco Mata Rosas y Gerardo Montiel Klint, que aplican a la fotografía el proceso contemporáneo de la continua transformación.
Este conjunto único rechaza el concepto cerrado de fotografía nacional a partir de temas, tradiciones, vistas…¡ y quien busque folklorismo estará perdido! Fuera de que la exclusión nacionalista ya carece de sentido, es mexicana la fotografía hecha por fotógrafos del país, no más.
La identidad reside en los ambientes, los lugares, la gente,(re)tratados y (re)interpretados por los fotógrafos, gracias a la agudeza del ojo, la idea expresada, el compromiso jamás evadido.
Estas tomas… de consciencia, que afirman, resisten y cuestionan, sí, son bien mexicanas.

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