Hoy finalmente llegó el 15 de mayo, el día de la cita cívica, en donde el ciudadano debe ejercer el derecho y el deber de depositar su voto de acuerdo a lo que le dicte su conciencia.
La nación ha tenido grandes avances en materia electoral; atrás quedó el fantasma del fraude tras las elecciones traumáticas de 1990 y 1994. Desde 1996, durante la Junta Central Electoral presidida por don César Estrella Sadhalá, hasta la presente, bajo la presidencia del Dr. Roberto Rosario, se han celebrado cinco elecciones presidenciales y cuatro congresuales y municipales. En este 2016 por vez primera, desde 1994, se celebra una elección general, es decir a los tres niveles.

Esos nueve procesos electorales han transcurrido con normalidad, transparencia, resultados conocidos en la mayoría de los casos en el tiempo adecuado y sus resultados han sido aceptados por los partidos que no resultaron favorecidos por las mayorías.

En estos veinte años el país ha conocido tres presidentes, dos del PLD y uno del PRD, se produjo la reelección del Lic. Leonel Fernández, fracasó en su intento reeleccionista el Agron. Hipólito Mejía y ahora el Lic. Danilo Medina camina tras un segundo mandato. En estos veinte años el PRD logró un periodo en la rama ejecutiva del Estado y obtuvo mayoría en el Congreso y los municipios en 1998-2002, mientras el PLD ha estado en el Poder Ejecutivo por 16 años y ha obtenido cinco victorias consecutivas desde el año 2004.

La presente Junta Central Electoral, encabezada por el Dr. Roberto Rosario Márquez, ha realizado una labor extraordinaria en elecciones anteriores y ahora con mayor empeño en las primeras elecciones generales desde 1994, y no es accidental el magnífico posicionamiento en las encuestas y no es accidental que en este último tramo, de presiones y nerviosismo en ciertos sectores, hayan recibido los mayores elogios de los obispos católicos, los pastores de las diferentes denominaciones cristianas, de las diferentes asociaciones empresariales y de toda la dirigencia política.

Esta Junta Central Electoral asumió con gallardía la defensa de la soberanía y el respeto a nuestra Carta Magna y las leyes, cuando se produjo la sentencia histórica del Tribunal Constitucional, y muchos de los ataques que ha recibido la JCE y su presidente son hijos de esa actitud digna que no han perdonado ciertas ONG, un equipo mediático al servicio de las peores causas y del propio embajador de los Estados Unidos.

Esta Junta Central Electoral asumió con responsabilidad el papel que le correspondió jugar en la aplicación de la Ley 169-14, siendo instrumento eficaz en el proceso de regulación y reconocimiento de la nacionalidad a los beneficiados, vía preparación del personal y uso de los propios equipos de la JCE.

Esta Junta Central Electoral realizó en tiempo récord el proceso de dotar de un nuevo documento de identidad y electoral a todos los dominicanos, con un éxito tal que contamos con un padrón electoral cuasi perfecto, cuya auditoría resultó en elogios por parte de Latinobarómetro que consideró nuestro padrón como el más avanzado de la región y comparable a los de naciones que más han progresado en esa materia.

Esta Junta Central Electoral ha tomado todas las decisiones condignas y ha cumplido, cual preciso reloj suizo, con el cronograma para arribar a este día sin contratiempos y dificultades. Incluso cedió al pedido del conteo manual.

El deber de todos los ciudadanos es ejercer hoy el deber y el derecho de votar por su partido y por los candidatos que considere le garantizan su futuro, el futuro de su familia, del país y la preservación de un clima de progreso con crecimiento y estabilidad.

La Junta Central Electoral va a contar pronto y bien, los resultados serán conocidos esta noche y solo resta que los no favorecidos por la voluntad popular se porten a la altura de las circunstancias para que merezcan otra oportunidad en el futuro.

¡Qué viva la democracia! ¡Que viva la República Dominicana! ¡Que Dios siga bendiciendo esta nación!