A todos atañe atacar las drogas

A todos atañe atacar las drogas

El tráfico ilícito de drogas, con todas sus consecuencias nefastas para los pueblos, sobre todo los más pobres, tiene como eje fundamental un mercado de consumo con gran capacidad económica. Y mientras los pueblos destinan recursos para combatir ese tráfico, que infiltra y malea sus instituciones, poco o nada hacen las potencias que anidan el gran consumo. En esas circunstancias, la correlación de responsabilidades es gravemente desventajosa para los pueblos menos desarrollados.

En su discurso ante la XXIII Cumbre Iberoamericana, el presidente Danilo Medina observó que el mercado de las drogas comienza con la producción en Sudamérica, su tránsito por Centroamérica y el Caribe y su destino a los mercados de consumo en Estados Unidos y Europa. En ese contexto, ha llamado a que los pueblos de estas regiones unifiquen sus esfuerzos para luchar contra el comercio ilícito de las drogas.

Su llamado a asumir de manera conjunta la responsabilidad de combatir las drogas está más que justificado y debería merecer respaldo de nuestros pueblos, pues se produce en un contexto en que las potencias que anidan el mayor consumo exigen a estos pueblos acciones contra el tráfico, pero se quedan de brazos cruzados ante la demanda que se genera en sus territorios y apoyan muy poco la lucha que libran estos países contra este mal.

Insólito puente hacia Puerto Rico

A los haitianos no les basta con invadir nuestro territorio como inmigrantes generalmente ilegales. Ahora también utilizan nuestro país como un insólito puente para llegar a Puerto Rico bajo las mismas condiciones de ilegalidad. Se trata de un tráfico humano que debe tener complicidades a ambos lados de la frontera y que le está ocasionando al Estado dominicano gastos cuantiosos por concepto de operaciones de interdicción y prevención.

Es usual que los inmigrantes indocumentados sean devueltos al país de origen, que sería la República Dominicana en el caso de los haitianos que nos utilizan como puente hacia Puerto Rico. Esta modalidad complica el de por sí grave problema constituido por la inmigración ilegal de haitianos hacia territorio dominicano. Tal vez este asunto interese a organismos internacionales que de manera tan ferviente dan seguimiento a los problemas domínico haitianos.

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