¡Todos fuera en el 2012!

¡Todos fuera en el 2012!

El 2009 aparece ante los analistas del mundo como “el año de todos los peligros”. Ya el primer ministro de Inglaterra anunció ante la Cámara de los Comunes “la llegada de la depresión global”.

Y el presidente de Francia calificó la crisis como “la peor desde un siglo”. Caída brusca del PBI mundial, de la producción industrial, de las exportaciones, y un aumento descomunal del desempleo, que solo en los Estados Unidos llega a la cifra de casi 22 millones de personas. ¡Esa es la tendencia inevitable, a nivel global y de cada país!

Esta gravísima situación económica mundial, donde nadie sabe todavía cuánto más se va a agravar, se hace más compleja si tomamos en cuenta las guerras en curso; la perspectiva de un ataque militar a Irán por parte del eje Israel-EEUU; la perspectiva de una lucha a muerte por controlar las  fuentes cada vez más escasas de agua, petróleo,  gas y los metales preciosos, y un deterioro, casi irreversible, del equilibrio ecológico en todo el globo.

Ello nos dice que la grave situación por la que atraviesa nuestro país no hará más que agravarse, y que, desde el punto de vista de los intereses de las grandes mayorías del país y de todos los sectores progresistas de la Nación (revolucionarios, izquierdistas y todos los elementos liberales, contrarios a las practicas de quienes nos gobiernan) lo central es utilizar todas nuestras capacidades y recursos para contribuir a construir una alternativa política, que le permita, a este gran haz de fuerzas diversas opuestas al curso actual, trazarse la meta de irle arrancando espacios de poder a quienes nos han desgobernado por décadas, como preparación para desplazarlos del poder en el 2012.

“Unir a todas estas reservas patrióticas de la Nación”, asumiendo y respetando la gran diversidad de sectores sociales y políticos que entran en juego, y respetando los planes particulares de cada segmento para acumular fuerzas propias, mientras apoyamos  la gran unidad de la Nación, es el camino obligado que tenemos por delante.

De quienes nos gobiernan y nos han gobernado en las últimas cuatro décadas no puede esperarse otra cosa que el incremento de la penuria para las grandes mayorías, la profundización de la dependencia y la entrega del país a intereses foráneos y  la destrucción del aparato productivo de la nación.

El gran problema no es unirnos  hombro con hombro para ayudar al gobierno a capear una crisis de la cual tiene mucha culpa, sino unirnos hombro con hombro para arrancarle cuotas de poder y desplazarlo del gobierno en el 2012.

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