Todos los ojos sobre
la figura de Bonds

Todos los ojos sobre<BR>la figura de Bonds

POR GENEWOJCIECHOWSKI
De ESPN.com
SAN FRANCISCO —
Faltaban dos horas para el comienzo del partido del domingo, y Barry Bonds estaba recostado en su silla negra, con las manos detrás de la cabeza e hizo de cuenta que no había 21 periodistas parados frente a sus dos casilleros.

Bonds observó el show anterior al juego de los Yankees de Nueva York en un plasma de 42 pulgadas, ocasionalmente escupiendo Copenhagen en una botella de agua vacía, cuando el ambiente lo envolvió y ofreció un par de comentarios. Dentro de todo, fue como estar con un suegro — el que desearía que tuvieras un trabajo de verdad.

«Estamos aquí todos juntos», le dijo a un oficial del equipo de los Gigantes de San Francisco. «Estamos teniendo un pijama party».

No había mucho que escribir. Por otro lado, Bonds no estaba tomando esto como una sesión de entrevistas.

Hizo un comentario críptico acerca de cómo la atención estaba puesta «sobre el equipo», que fue su manera de responderle al dueño de los Gigantes, Peter Magowan, el mismo Magowan que un par de días antes dijo que el equipo estaría mejor cuando Bonds quebrara el record de una vez. Cuando alguien intentó clarificar el comentario, Bonds se quedó en silencio durante 10, 15 segundos. Había marcado su punto: Como se atreve Magowan a sugerir que Bonds, quien llena el AT&T Park en una base diaria, sea parte del problema.

Bonds bostezó. Abrazó a su hijo Nikolai, quien estaba sentado a su lado.

Bonds fue educado. Dijo que estaba contento por los Cachorros de Chicago. Dijo que es un fan de Dontrelle Willis. Dijo que Matt Holliday tiene increíble talento para el béisbol. Dijo que Pedro Martínez sabe como lanzar. Dijo que los Cardenales de San Luis iban a pasar por momentos difíciles sin Chris Carpenter. Dijo que las mecánicas de bateo de Johnny Damon ya no son las mismas.

Como dije, nada fuera de lo común.

Pero hubo un momento en que su ego tomó vuelo. Bonds fue cuestionado acerca de su reciente racha sin jonrones contra lanzadores como John Smoltz, Tim Hudson y Willis.

«Hay muchos artefactos en mi casa», dijo Bonds. «Pueden venir a visitar cuando quieran. Hay mucho más en mi casa de lo que puede haber en las suyas».

No lo dijo con mala intención. Bonds estaba tratando de recalcar algo. Y tiene razón. Pero es el tipo de comentario que molesta a la gente, incluyendo otros jugadores. Pero de todas maneras no es como que realmente le importe.

Bonds salió y bateó de 4-1 contra los Marlins. Los Gigantes perdieron por 8-5.

Ahora la carrera de jonrones de Bonds se mueve a Los Angeles y luego a San Diego. Bonds aún necesita uno para empatar a Henry Aaron, dos para llevarse el record. Pero no esperen que lo agasajen de la misma manera que los fans de los Gigantes el domingo.

«Esta va a ser una prueba», dijo el jardinero de los Gigantes Dave Roberts, quien pasó 2 ½ temporadas con los Dodgers, «de si van a mostrar su conocimiento por su apreciación y amor al juego — como los apasionados del juego– o si van a ir en dirección contraria».

Me arriesgo a pensar que Bonds y el equipo de seguridad del Dodger Stadium deberá prepararse para la «dirección contraria». Los fans de los Dodgers no quieren a los Gigantes, con o sin Bonds. La búsqueda del record de jonrones sólo suma 10 capas más de tensión a la rivalidad.

«Formar parte de la historia sin manchar el momento con actos de crueldad».

Eso es lo que Roberts el compañero de equipo, Roberts el amigo y Roberts el profesional haría. Pero eso no es lo que va a hacer la gente en Chavez Ravine el martes, miércoles y jueves por la noche. Demasiados cínicos. Demasiados fans escépticos que consideran que el record de Aaron es su record también.

Quizás Bonds no comprenda esto, pero Roberts si entiende. No critica a aquellos que dudan la legitimidad de los números de jonrones de Bonds. ¿Cómo podría? «No pueden descartar el hecho de que sea uno de los mejores jugadores de béisbol de la historia», dijo Roberts. » Ha tenido una carrera de 20 años que es una carrera de Salón de la Fama y cuando veo muchachos en las gradas linchandolo me rompe el corazón. Como padre, nunca le haría algo así a mis hijos. Les diría. ‘Hijo, observa a este jugador. Es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos'».

«Pero la gente va a tener su propia opinión, eso es seguro, y todos tenemos derecho a opinar. Pero yo soy más de la teoría que hay que saber valorar con lo bueno y con lo malo».

Hace un par de meses, Roberts tuvo un sueño. Soñó que estaba en base cuando Bonds bateaba un jonrón de carrera número 756. Cuando Bonds llegaba al plato local. Roberts saltaba en brazos de Bonds y lo abrazaba. Este es el cuento de hadas de un muchacho que ve el vaso mitad lleno.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas