Todos querían pagar

Todos querían pagar

Los Niños Cantores de la Zona Colonial iban a seguir llenando con sus voces jubilosas la vieja ciudad ovandina aunque Cultura no hubiese reaccionado ante la triste noticia de la suspensión del infantil canto matinal recorriendo aquel histórico entorno de leyendas. Decenas de personas llamaron y escribieron para aportar de sus bolsillos, aunque debilitados por la estrechez económica, los cinco mil pesos dejados de pagar al profesor que los prepara para poner en práctica su repertorio navideño. Pero el secretario, Tony Raful, se adelantó a la generosidad de estos sensibles dominicanos que no lo esperan todo del Gobierno para emprender acciones que benefician a la comunidad, en este caso calmando con canciones, panderetas e ingenuo alborozo los estados de ánimo afectados por las crisis.

Aunque el Presupuesto de Cultura no está boyante, la ausencia de la mínima retribución fue un olvido, porque el pago no está en nómina, según explicó Raful, que no interpretó la columna como ataque, sino como recordatorio que agradeció. El mismo lunes dio instrucciones para que se remunere al maestro –ojalá de forma retroactiva-, llamó a doña Casilda Reyes Gómez, la fundadora y mecenas del grupo de menores, para pedir disculpas y anunciar el reintegro y enseguida se reanudaron con alegría los ensayos.

Los reconocidos artistas Fernando Casado y Rafael Solano estuvieron entre los voluntarios dispuestos a evitar que se interrumpiera la tradición pascual de estos chiquillos encendidos con villancicos y parrandas porque ellos vivieron esa etapa, aunque ya adolescentes, cuando desde lo alto de la desaparecida panadería Quico el maestro Solano bajaba a reunirse con otros músicos y cantantes del vecindario para salir a llevar serenatas navideñas a los familiares y a las enamoradas.

Ambos recorrían con sus cantos y guitarras las antiguas calles para detenerse en puertas, ventanas, balcones, a cantar junto a Tito Delgado, Aníbal de Peña, Niní Cáffaro, los mellizos Pichardo, Nandy Rivas y otros residentes del entorno. Ellos inspiraron la famosa y esperada Rondalla Brugal que recorría los barrios en camiones, tan exitosa que dio lugar a la grabación de un long playing y que seguían en guaguas distinguidos capitaleños.

“Con niños, todavía debe ser un cuadro más hermoso, yo te estoy llamando para decirte que voy a dar los cinco mil pesos”, comentó el Magistrado. Pero Raful se había adelantado.

Los Niños Cantores siguen en cartel, animando las mañanitas de la zona.

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