Todos quieren ser sede de un Mundial de Fútbol

Todos quieren ser sede de un Mundial de Fútbol

POR MARIO ARVELO, HÉCTOR MOLINA Y ARTURO PEÑALÓ
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Cuando comenzaron los preparativos que habrán de culminar el próximo 9 de junio con la apertura de la Copa Mundial de Alemania, la columna Tarjeta Roja expresó fundadas preocupaciones sobre el proceso de concesión de la sede, las cuales compartimos con nuestros lectores a través de las páginas deportivas del periódico Hoy, y que reproducimos en el siguiente texto.

La Copa Mundial de 2006 peligra ante los manejos sospechosos que acaban de dar a Alemania la sede sobre la República de Sudáfrica, país que era favorito para organizar la fiesta más relevante del más popular de los deportes. Desde que el fin de semana pasado fuese anunciada la victoria de la candidatura germana, los aficionados del Deporte Rey del planeta se hacen la misma pregunta: ¿hubo soborno?

El movimiento deportivo internacional se ha visto sacudido por numerosos escándalos que incluyen la estocada con nocturnidad dada a Beijing para despojarla de los Juegos de la Olimpíada correspondientes a 2000 y el nauseabundo fraude en la concesión de los Juegos de la Olimpíada de Invierno de 2002 a Salt Lake City, escándalo de tal envergadura que su conocimiento por el público obligó a reformar el sistema mediante el cual el Comité Olímpico Internacional escoge las sedes.

Cinco países comenzaron la lucha por el mundial de 2006. Limitada por su pobre infraestructura y la contumaz violencia de los hooligans, Inglaterra debió engavetar sus aspiraciones, y concentrarse en la Olimpíada de 2012, que los londinenses desean organizar. «Nota de 2006: el COI concedió a Londres la sede ansiada en una final dramática por sobre París; la victoria londinense, como sospechaban muchos observadores, no estuvo exenta de manejos turbios».

Su raquítica demanda de asientos, por no hablar de cuestiones de seguridad, descalificó a Marruecos. El descalabro de su planta física, en especial el monto sideral que debía afrontar para remozar sus estadios, anuló las esperanzas brasileñas: los amazónicos renunciaron antes de que se celebrase la primera ronda de votación.

Quedaban, entonces, los alemanes, cuya selección se encuentra en desbandada tras el fracaso histórico en la más reciente Eurocopa, y los sudafricanos. Estos últimos, atrapados en un maremoto de violencia social mientras prosigue la etapa de transición desde el régimen racista del apartheid a una democracia funcional «comenzada por Nelson Mandela y que habrá de continuar su sucesor Thabo Mbeki» lograron los votos sudamericanos y los de la CONCACAF (éstos últimos con la promesa de apoyar a Brasil para 2010). Obviamente, la candidatura del país más meridional del llamado Continente Negro contó con los sufragios de la Confederación Africana. Sobre todo, disfrutaron del apoyo decidido del hombre más poderoso en el deporte universal, el presidente de la FIFA Joseph Sepp Blatter, nativo de Suiza. Para complicar aun más un asunto de por sí espinoso, según el representante sudafricano Emmanuel Maratas, el señor Charles Dempsey (delegado de Nueva Zelanda), había acordado apoyar a la República de Sudáfrica una vez Inglaterra estuviese fuera de la competencia. De haber sido depositado ese voto, el empate hubiese sido roto, en aplicación de los reglamentos, con el sufragio anunciado de Blatter.

En una contorsión que deberá ser investigada a profundidad «desde ya el glorioso Roger Milla habla de un boicot africano a la copa de 2006» Dempsey se abstuvo, dando el triunfo organizativo a los teutones, quienes se han proclamado tres veces como campeones mundiales. Sudáfrica aparenta haber sido apuñalada por la espalda.

La idea de Blatter de otorgar sedes por rotación queda destruida: Brasil e Inglaterra han anunciado que se disputarán el montaje del clásico cuadrienal en 2010. El continente africano difícilmente olvidará (aunque alcance a perdonar) tamaña humillación. Estados Unidos, de su lado, desea ser de nuevo anfitrión, y a quienes alegan que apenas en 1994 organizaron la Copa del Mundo, los norteamericanos responden que México tuvo la responsabilidad de montar dos Mundiales en el mismo lapso de dieciséis años, aunque para alegar este argumento olvidan que la Copa Mundial de 1986 debía ser organizada por Colombia, que declinó a última hora.

Se dice, por lo demás, que España prepara una oferta, al tiempo que otros apuntan a la mutual Bélgica-Holanda, la cual ante la experiencia de la Eurocopa de 2000 podría ser una opción viable. ¿Y qué de Asia, después que Corea y Japón se repartan el montaje del Mundial de 2002″ ¿ Verá Oceanía una Copa del Mundo en su territorio, especialmente después del éxito de los Juegos de la Olimpíada de Sydney 2000″ ¿Y los países de América Latina y el Caribe, cuándo volveremos a organizar un torneo planetario».

[Nota de 2006:  como saben nuestros lectores, eventualmente la FIFA «y en particular su Presidente» actuó de forma diplomática y logró que se llegase a un acuerdo en firme, de modo que la Copa del Mundo de 2010 fuese concedida a Sudáfrica, sin que tal decisión acarrease los desgarramiento que todos los observadores preveían iban a ocurrir luego del fiasco de la concesión de sede a Alemania para el Mundial de 2006.

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