Todos unidos contra las drogas

Todos unidos contra las drogas

El negocio ilícito de las drogas es un problema creciente para un país como el nuestro, que ha escalado de puente en el trasiego internacional a mercado de consumo. Su crecimiento obedece a factores externos e internos. Algunos cárteles continentales se vieron de pronto obligados a buscar otras rutas de tráfico y la isla en la cual habitamos reunió las condiciones de vulnerabilidad que necesitaba el tráfico ilícito hacia los grandes mercados de consumo.

La misma vulnerabilidad propició que el tráfico pagara sus costos locales con especie, lo que ha dado lugar a un creciente mercado de consumo. Factores sociales como la falta de prevención y de educación en valores han servido como catalizador en el problema. Ver solamente los factores externos es una simplificación muy peligrosa de esta situación multiplicadora de crímenes.

Por eso es necesario que todos los sectores de nuestra sociedad acojan el llamado del nuncio de Su Santidad, monseñor Joseph Wesolowski, y el productor de televisión Freddy Beras Goico, para que la sociedad dedique esfuerzos a  concienciar a los niños y adolescentes sobre el grave peligro de las drogas.  Solo creando los anticuerpos sociales pertinentes podríamos evitar que el negocio de las drogas desborde nuestras capacidades de defensa. A todos nos compete asumir esa responsabilidad.

 

El caos terrible del tránsito

El caos, que ha sido consustancial al tránsito vehicular, ha empeorado en  puntos meurálgicos en los que el Gobierno construye soluciones viales para esta dificultad. En algunos casos el entorpecimiento obedece a falta de coordinación entre las autoridades, para desviar vehículos en las zonas en  que los trabajos de construcción reducen la capacidad de flujo. Un factor que contribuye a agravar la situación es la falta de educación vial entre nuestros conductores y la indiferencia de los agentes de tránsito.

Aunque las obras viales  son indudablemente necesarias, es preciso que se realicen con menos  sacrificio de la fluidez de la circulación de vehículos. Muchos inconvenientes tienen su origen a falta de personal humano que asuma la dirección del tránsito en los puntos difíciles, a pérdida de sincronización de los semáforos, a pasar por alto el mal estacionamiento de vehículos y otros factores. Hay que trabajar para disminuir este tormento.

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