La artista urbana Tokischa reveló partes de sus orígenes e inspiraciones para su carrera artística además comentar sobre su posición sobre el racismo en los tiempos modernos y prejuicios en la sociedad dominicana.
Tokischa realizó estas declaraciones durante una entrevista con el medio español El País.
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P. ¿Qué sería lo primero que harías si fueras presidenta?
R. Prohibiría el cigarrillo, no puedo ni olerlo, no lo tolero.
P. Pero Tokischa, ¿empiezas prohibiendo tú?
R. Prohibir es humano. Decretaría igualdad para todos, todas y todes. Comida gratis. Agua gratis. Y que todo el mundo tenga una parcela para ver crecer su comida y cuidar a los animales.
“Hace poco me di cuenta de algo. La sociedad, el sistema, los moralistas, convirtieron mi música en una denuncia social. Yo no empecé a hacer música como ese rapero consciente, no. Yo contaba mis vivencias sin ánimo de polemizar. Pero el sistema, al tratar de catalogarla como música rebelde, le dio una fuerza de denuncia social. Por ejemplo, mi canción Desacato escolar; cuando salió, el sistema educativo de mi país la prohibió y me llegó una citación. Ellos causaron que el pueblo se interese más en la canción y mi música se fue convirtiendo en eso”.
“El sistema quiere mantenernos controlados, pero su limpieza es fachada, tapa lo que pasa en el barrio, ignora los derechos que no tiene la mujer, que no tiene la comunidad LGTB… Al ver que sale esta carajita diciendo todo esto, se va a crear un desacato. Y miles van a empezar a decir: ‘Yo soy una mujer y hago lo que me da la gana”.
P. Vivimos el estallido cultural de lo latino y hoy se mira a lo afro, a lo marrón, aunque en lo social esté intacta la brecha. ¿Cómo ves esta época en que estamos de moda entre comillas?
R. El otro día estaba leyendo sobre mis ancestros, que es algo que me interesa mucho, y me di cuenta de que no han cambiado tanto las cosas. El racismo sigue, la esclavitud sigue, quizá ya no literalmente con el látigo, pero sí hay una esclavitud a través del trabajo, de la falta de educación (nuestros ancestros no tenían derecho a ella). Es un ciclo que se repite. Sin embargo, intentamos seguir abriéndonos puertas. Hoy en día las grandes marcas tienen mucha diversidad y es algo que se ha peleado. Es una inclusión entre comillas, pero al menos ya hay otros cuerpos, otros colores, pelos y tatuajes representándonos.
P. ¿Tus gemidos, esa voz, esa lengua, ese estilazo, tiene referentes tipo Madonna o qué es?
R. Siento que es algo íntimo, personal. Yo de niña no sabía quién era Madonna. No es que sea tan vieja, pero en mi infancia no había tanto acceso a internet. Y yo siempre era una niña muy provocativa, muy sexual, me encantaba ser así, besar a mis amiguitas, besarme con chicos, tirarme fotos calientes. Incluso cuando empecé a conectar con la gente del medio del arte en Santo Domingo yo hacía fotografía erótica, siempre me sacaba unos looks muy bonitos, como ahora.
P. Por cierto, es una alegría que vengas a España a hacer un tour por ser quien eres y no por ser amiga de Madonna y Rosalía. Sé que las quieres mucho, pero ¿por qué parece que las negras y marrones aún necesitamos a la amiga blanca para despegar? Yo andaba con mi amiga blanca en el cole…
R. Yo no, yo tenía a mi amiga negra que me enseñó a conseguir que los chicos que estaban enamorados de mí me dieran chitos a cambio de un beso. ¿Y si fuera Beyoncé mi amiga? [risas]. Beyoncé tenía dos amigas negras y yo con mis dos amigas blancas… Mmmm. Qué tema. Pero no sé. En mi país no hay ni una Madonna ni una Rosalía. Hay un gran artista que es Juan Luis Guerra, que no nos mira a nosotrxs, para él el género del barrio es una vergüenza. Hubo que salir pues afuera a buscar.
P. Por despejar fantasmas, ¿cuál es tu relación con la comunidad queer? Algunos te acusan de no ser de la comunidad y de aprovechar para vender una imagen que les guste y que así te consuman.
R. Mi conexión con la comunidad viene de esa opresión, de esa rebeldía y esa libertad; existimos personas que no encajamos en la familia, en la escuela, con los amigos. La comunidad es un grupo de gente que no encaja en ningún lado por su naturaleza. Entonces nos juntamos y entre nosotros nos llenamos de amor.
P. ¿Cómo te identificas?
R. Yo diría que soy bisexual, me gustan los hombres y la mujer, y me siento muy abierta con eso. Soy persona, humana, pero caribeña, obvio, sí soy. Entiendo que estamos todos ligados, todo el mundo tiene un chin de blanco, de negro, pero yo entiendo que si yo nací en una isla en el Caribe yo soy una caribeña.
P. ¿Qué define la caribeñidad?
R. Es saoko, sazón, naturaleza, playa, río, montaña, taíno, comida rica, rebeldía. Sabes que en mi historia estaban los taínos y estaban los caribe, que eran lo peor, los supuestamente malos, los caníbales. Yo me siento un poco caníbal.
P. Has tenido los ovarios de contar que empezaste a producir tu música gracias a OnlyFans y que aún lo utilizas, lo dices aunque nos rodee un feminismo en contra de la prostitución. No has tenido remilgos al hablar de trabajo sexual…
R. Todos somos prostitutos del sistema. Yo preferí vender sexo que vender mi tiempo a una oficina. Mil veces, si tengo que volver a elegir, lo haría. Yo tenía que pasar todo el día en una oficina cogiendo llamadas, siendo insultada por clientes de Fedex que no habían recibido su paquete. No tenía dinero ni tiempo, no tenía cómo estudiar, entonces mil veces preferí la prostitución. Intenté vender marihuana, pero no funcionó.
P. Hay en ti un estilo ultrapropio, ¿cuál es tu idea más profunda y secreta de la moda?
R. Esencia, la moda es esencia; yo soy muy selectiva con lo que me pongo. Ahora tengo mi estética de presidenta, ando así en blazers, en ropa ejecutiva, elegante, pero va cambiando la estética, la esencia nunca.
P. ¿En qué momento musicalmente hablando dirías que estás?
R. En un momento de energía de show, conociendo lo que es la euforia del espectáculo, lo que es la conexión con los fanáticos, y siento que se está creando algo muy especial. Estoy en mi momento performer, desenvolviéndome como una performer, estoy renaciendo.