Toledo acepta Congreso lo investigue

Toledo acepta Congreso lo investigue

LIMA (AFP).- La decisión del presidente Alejandro Toledo a colaborar con la justicia y el Congreso en una investigación sobre irregularidades en la inscripción electoral de su partido busca sofocar protestas en su contra, en medio de un fuego cruzado de denuncias de conspiración para derrocarlo y pedidos de renuncia.

   El anuncio apunta a sacar las castañas del fuego al gobierno, antes que la intemperancia verbal que domina la escena política se apodere de las calles y provoque una crisis mayor que desemboque en el alejamiento del poder de Toledo.

   La congresista Mercedes Cabanillas, del socialdemócrata partido Aprista, principal fuerza opositora, saludó la decisión de Toledo pero la calificó de «tardía» y la atribuyó a la presión popular.

   La parlamentaria dijo a la AFP que «es remota la posibilidad de que el Congreso pueda destla AFP que Toledo es víctima de sus propios errores y recordó que su gobierno es una sucesión de escándalos.

   Reclamó un cambio de gabinete para salvar la democracia y evitar que Perú siga la senda de crisis que provocó las caídas de los presidentes en Argentina, Bolivia y Ecuador en los últimos años.

   Paralelamente el gobierno denunció un complot urdido por empresarios procesados por enriquecerse ilegalmente durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000).

   La presunta falsificación de firmas falsas del partido gobernante a la hora de inscribirse para las presidenciales del 2000, ha sido la gota que derramó el vaso de agua sobre la cual reposaba la paciencia del peruano de a pie.

   Pese a que el gobierno negó que fraguó firmas y que Toledo colaborará con la investigación, la crisis de credibilidad y liderazgo que caracteriza a Toledo crearon una bola de nieve que hace irreversible su deterioro para la población.

   A ello se suma la escasa popularidad de Toledo, que fluctúa entre 8% y 10% desde 2004. Y que según un reciente sondeo, 59% de los peruanos cree que Toledo debería dejar el cargo para salir de la crisis política.

   Por lo pronto la oposición cree que el presidente debe renovar su gabinete ministerial, para ganar oxígeno en los 18 meses que le quedan al frente de Perú.

   En sus cuatro años en el poder, Toledo sumó hasta cuatro presidentes del Consejo de ministros, todo un récord en Perú. El actual Carlos Ferero, salvó la cabeza el martes al salir airoso de un voto de censura del Parlamento.

   La principal central sindical se sumó al pedido de renuncia si prosperan las iniciativas para recortar derechos laborales, que estarían siendo negociados en dentro de las tratativas para un Tratado de libre comercio con Estados Unidos.

   El jueves 5.000 trabajadores marcharon en Lima y ol hecho que la calle esté caliente».

   El 1 de enero una asonada de 78 horas liderada por 150 ultranacionalistas indigenistas que pedían la renuncia de Toledo, dejó 6 muertos antes de ser sofocada.

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