Madrid.  España. Desde que uno pisa suelo español, son muchas las personas que le hacen la misma recomendación ¡Tienes que visitar Toledo!

Ya cuando finalmente uno se decide y, en compañía de buenos amigos, parte muy temprano hacia esta ciudad,  declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986,  entiende  por qué tanta insistencia.

Es que Toledo es una de esas ciudades mágicas, que por su belleza panorámica y sus riquezas culturales forman parte de los tesoros españoles y a cualquiera enamora. Enclavada en un promontorio rocoso rodeado por el río Tajo en pleno centro de España, a unos escasos 70 kilómetros de la capital, Madrid, le será posible llegar a ella en  aproximadamente una hora y media en bus.

Al salir de la estación de autobuses será recibido por un letrero gigante que dice “Toledo” y con tan sólo iniciar la marcha  visualizará la puerta de Alcántara, un lugar insigne de la ciudad. Basta atravesarla para hacerse cómplice de la magia de un lugar que le ofrece todo a quienes lo visitan.

De pérdidas, cansancio y enamoramientos.  Cuando inicie su recorrido por las calles de Toledo hay tres cosas seguras: se perderá, se agotará, y también se deleitará sobremanera con las bellas vistas que ofrece a su paso.

Ya nos lo advirtió un nativo  de la ciudad que coincidió con nosotros en el bus que va desde la estación hasta el centro de la ciudad: ¡Las calles de Toledo son tan pequeñas y parecidas que tarde o temprano terminarán perdiéndose!

Pero, en honor a la verdad, perderse entre sus estrechas callejuelas, plazas y jardines hace de esta visita una experiencia sin comparación.  Más debería preocuparnos el segundo aspecto, el del cansancio, pues bien es cierto que esta ciudad es alta y que al recorrerla hay que subir bastantes cuestas por lo que es recomendable estar en buen estado físico antes de visitarla y llevar calzado cómodo.

Y es que Toledo está hecha para caminar por sus largas cuestas y mirar sobre su horizonte, disfrutar de las vistas de los ríos, de los jardines, de las plazas y parques que están a su paso, contemplar las palomas, sentir la brisa, recibir las sonrisa de los niños y enamorarse de todo lo visto.

Tres en una.  Las tres culturas de las tres religiones monoteístas -la musulmana, la hebrea y la cristiana- dejaron su huella en esta peñascosa pesadumbre y cuna de civilizaciones -como decía Cervantes- abrazada al Tajo, testigo de la impronta de todos los pueblos de la Península Ibérica.

Tal y como presumen sus autoridades actuales, en la página web de la ciudad, a lo largo de los siglos, la capital de Castilla-La Mancha ha sabido conservar un patrimonio arquitectónico, artístico y urbano milenario e inigualable. Iglesias, sinagogas, mezquitas, conventos, murallas, puentes, torreones y un sinfín de combinaciones culturales y artísticas que guardan sus edificios hacen de Toledo un museo al descubierto singular, y que tal y como nos insistieron a nosotros ¡Usted debería de visitar!

Qué visitar

1. Alcázar

2. Catedral Primada

3. Monasterio de San Juan de los Reyes

4. Mezquita Cristo de la Luz

5. Puente de San Martín

6. Puente de Alcántara

7. Iglesia de Santo Tomé (El Greco)

8. Puerta de Bisagra