Tolentino aboga PRD vaya solo a elecciones

Tolentino aboga PRD vaya solo a elecciones

POR ROSA ALCANTARA
El vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Hugo Tolentino Dipp, consideró que esa organización debe acudir sin ataduras a las próximas elecciones congresionales y municipales y dijo que resultan sofismas y eufemismos las constantes y misteriosas declaraciones en torno a “proyectos de nación”.

Dijo que la alianza que hoy se proyecta entre el PRD y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) tiene como objetivo “canalizar, salvaguardar y proteger” ambiciones al margen de las conveniencias del Partido Revolucionario Dominicano y, por ende, del interés nacional.

A continuación la transcripción de una comunicación que dirigió Tolentino Dipp al presidente y al secretario general del PRD, Ramón Alburquerque y Orlando Jorge Mera, en la que fija su posición sobre la virtual alianza entre el PRD y el PRSC:

“Convencido de que en su actual situación el Partido Revolucionario Dominicano debería concurrir a las próximas elecciones congresionales y municipales desligado de compromisos con otras organizaciones partidarias, me permito exponerles algunas de las razones que aconsejan esa actitud.

“Es innegable que los dos primeros años del gobierno presidido por el Ingeniero Hipólito Mejía, en el que tuve la honra de participar, deben ser valorados de manera positiva. Desgraciadamente, el propósito reeleccionista, contrario a los principios y a la tradición del Partido Revolucionario Dominicano, desorientó el rumbo del quehacer gubernamental y reeditó las dañinas conductas que en toda nuestra historia nacional han caracterizado el empeño de los presidentes de prolongar su poder en el período siguiente a su mandato.

“Al igual que la mayoría de los perredeístas, no ignoran Ustedes que el afán reeleccionista no sólo provocó la división del Partido Revolucionario Dominicano, sino también un profundo malestar por cuanto significaba una decisión que hacía caso omiso de la ominosa experiencia histórica que a los dominicanos les había dejado el continuismo. A esa situación se sumaban dolencias que desde hacía ya buen tiempo venían aquejando a nuestro partido: el olvido, sobre todo por parte de sus dirigentes máximos, de los fundamentos ideológicos que robustecían su proyección política, vale decir, la preterición de las esencias orientadoras del socialismo democrático.

“Como consecuencias de ese amasijo de males no pocos extravíos alcanzaron proporciones preocupantes; ambición electorera sin criterio de selección; permisividad frente a las inconductas de determinados dirigentes funcionarios del Estado; clientelismo incondicional, desasido de toda exigencia ideológica, etc. Se puede afirmar que tras la muerte de José Francisco Peña Gómez el Partido Revolucionario Dominicano fue perdiendo el rumbo en menoscabo de su capacidad crítica, igualándose de más en más a la legión de partidos dóciles y complacientes ante los desequilibrios del estatus social imperante en nuestro país.

“El resultado de las elecciones presidenciales de 1994 obligó al Partido Revolucionario Dominicano a esbozar un intento reflexivo. Convenciones, reformas estatutarias, seminarios, elecciones de nuevas autoridades se sucedieron en la búsqueda de rectificaciones. Y aunque en algunos aspectos se sintió un aliento esperanzador, el clientelismo y sus secuelas, ese clientelismo que tiene acogotados a los partidos de nuestro país y que les impide expresarse en consonancia con las aspiraciones de una sociedad con grandes carencias y miserias, yuguló el esfuerzo y trastocó el proceso satisfaciendo con ello las apetecencias políticas de las llamadas tendencias. El designio fue evidente: canalizar, salvaguadar y proteger determinadas ambiciones al margen de las conveniencias del Partido Revolucionario Dominicano y, por ende, del interés nacional. La alianza que hoy día se proyecta con el Partido Reformista Social Cristiano es también parte de ese objetivo. Resultan sofismas y eufemismos, las constantes y misteriosas declaraciones en torno a “proyectos de nación”. Simples excusas de la mancuerna para tratar de justificar la rebatiña. “Gran lástima que el Partido Revolucionario Dominicano se encuentre en esa encrucijada, cuando la lógica de las circunstancias políticas le está señalando el camino de la rectificación a través de aquella apretada y orientadora frase que acuñara José Francisco Peña Gómez – “primero la gente”- para enfatizar que por encima del provecho particular deben primar los impostergables reclamos del pueblo dominicano.

“Si el Partido Revolucionario Dominicano se establece y actúa como un mecanismo político destinado a reproducir y revalidar el injusto sistema social en el que vivimos los dominicanos, me arriesgo a afirmar que son otros, poseedores de una mayor capacidad para el engaño, para la traición de sus paradigmas ancestrales y para el ejercicio de un pragmatismo ajeno a toda moralidad, los que mejor están situados para cumplir cabalmente con esa desacreditada encomienda.

“Es mi firme criterio que el Partido Revolucionario Dominicano debe ir a las elecciones congresionales y municipales sin ninguna atadura. Y debería hacerlo con un programa claro y progresista, que implique un auténtico y serio compromiso frente a la nación. Y a partir de ahí, obtenga lo que obtenga en esas elecciones, ratificar enfáticamente sus propuestas, haciendo de ellas un credo programático. No es otra la conducta a seguir para que en todas las elecciones venideras pueda situarse frente al electorado sin lastres y sin rémoras, con auténtica vocación popular democrática. De seguro que en esas circunstancias el pueblo lo gratificará a manos llenas”.

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