¡Tolerancia cero a lo mal hecho!

¡Tolerancia cero a lo mal hecho!

“La tolerancia es un valor moral que
implica un respeto íntegro hacia el otro, pero la integridad no se negocia.”

“Píndaro, ¿Qué haces frente a ese espejo?… ¿Por qué está roto?” –pregunta Herminio-. “Acabo de entrar profundamente a mi ambiente de hoy y estoy ’encuerdado’ hasta más no poder! –le grita Píndaro, mientras se mira su puño derecho, pues sangra profusamente y bajo sus pies se arremolinan pedazos de vidrios de lo que fuera su fuente de reafirmación de lo mejor de sí… Nunca antes se había enfrentado a sí mismo…
La cuarentena le ha llevado a hacerlo, pues hay señales de que ha llegado ese momento decisivo de replantearse… El mundo ya cambió y el mundo es él, y todos los demás-.
Nunca antes Píndaro había asimilado más la decisión de respetar las acciones y los pensamientos de los demás, no importando que estos sean distintos u opuestos a lo que piensa por sí mismo.
El espejo le ha mostrado su lado valioso… No es, necesariamente, el de la vanidad… De sopetón, se ha visto en la obligación de tener que asumir el aprobar, o no, que la otra persona con quien conversa en algunos ambientes en los que se mueve, por contacto electrónico o personal, tiene también sus razones dependiendo de sus circunstancias… Desde luego, aún mantiene su convicción de que una cosa es que lo pueda tolerar y otra cosa es que lo tenga que aceptar si no está de acuerdo a sus principios… Por eso, hoy día el respeto es lo más necesario de fomentar entre nosotros.

“Mira lo que has hecho, Píndaro, -grita Herminio-, ¿No te das cuenta que has roto el único espejo que tenías?”… Frente a esa estructura ahora fracturada, Píndaro mira a Herminio y le comenta en un tono más sosegado: “Ahora no tengo más remedio que verte ‘entre pedazos’… Ahora puedo percibir, críticamente, cada segmento de ti y así poder aceptarte y tolerar las diferencias existentes entre nosotros… Lo que pasa, Herminio, es que antes no podía soportarte ciertas cosas que me decías y eso me llevaba a no aguantarme y, frecuentemente, explotar sin medir consecuencias casi inmediatas”.
La realidad es que, en esta cuarentena, todos nos hemos visto forzados a valorar la paciencia y, al mismo tiempo, ver más claramente cómo sectores interesados la capitalizan para sacar provecho de sus intereses sin medir consecuencias… Es una lástima, que se trate de confundir ‘la tolerancia’ que has llegado a conseguir -al romper el espejo del selfie-, con el hecho de que tú debes comprometerte a aceptar situaciones muy delicadas que indirectamente se fomentan en el país.
Herminio –le expresa un ahora más reflexivo Píndaro-, he llegado a la conclusión de que puedo verme en situaciones en las que respete las ideas y creencias de los demás cuando ellas son diferentes a las mías… Lo que no puedo es aceptar es, que esas acciones sean transgresoras de los principios básicos de convivencia… La tolerancia es un valor moral que implica un respeto íntegro hacia el otro, pero la integridad no se negocia. Por eso, ahora más que nunca he descubierto en mí la tolerancia cero a lo mal hecho”.

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