Tom Lasorda se siente orgulloso de la República Dominicana, y la define como su segundo país.

Pero no lo dice como los artistas que van a cada país.

En unas emotivas palabras en la Romana, durante el Ceremonial del Salón de la Fama, dijo que lo dice donde quiera que va.

Mencionó a todos los peloteros dominicanos que dirigió en Grandes Ligas, y recordó sus buenos tiempos en la pelota invernal de RD.

Lasorda, quien fue una de las figuras más aclamadas, lleva toda una vida ligada al béisbol.

Fue un pintoresco manager de los Dodgers de los Angeles.

Ganó las Series Mundiales de 1981 y 1988.

Fue dos veces electo Manager del Año.

De por vida ganó 1,599 juegos para un porcentaje de .526.

En República Dominicana se lució con el Licey como manager, y por todas sus travesuras.

“Llevo este país en mi corazón. Tengo mucha gente amiga aquí, y eso estará por siempre en mi corazón”, dijo Lasorda.

Fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown y dirigió a los Estados Unidos en eventos internacionales, para completar su ciclo universal.

No abandona su sentido del humor, y siempre tira un cuento.

Adorado por los jugadores, Lasorda siempre fue una especie de padre para ellos.