Toma fuerza hipótesis envenamiento Arafat

Toma fuerza hipótesis envenamiento Arafat

GAZA (EFE).- El presidente palestino, Yaser Arafat, podría haber sido envenenado y los médicos franceses que le atienden sostienen esa tesis como la más probable causa de su enfermedad, cuya naturaleza todavía no se ha desvelado, dijo a EFE un alto cargo palestino, que pidió el anonimato.

   Los médicos del hospital militar de Percy a la afueras de Paris, donde Arafat permanece internado, indicaron ayer, viernes, que era necesario practicarle nuevos análisis, cuyos resultados se conocerían el próximo lunes.

   La teoría del envenenamiento la barajaron ayer también en Gaza los imanes de las mezquitas durante la oración del último viernes de Ramadán.

   El imán Ibrahim Kawui de la mezquita de Jalifa Ben Zayed, en el barrio Rimal de Gaza, acusó a Israel de envenenar al presidente palestino y «matarlo poco a poco porque no se ha descubierto qué clase de enfermedad padece».

   Kawui se preguntó ante cientos de fieles: «*Cuál es esta misteriosa enfermedad, que no es cáncer, en la que la sangre está contaminada y que los médicos no llegan a detectar, ni a aclarar?».

   Por su parte, la radio israelí aseguró ayer que Arafat, de 75 años, habló con los médicos, punto que también ha sido confirmado por la fuente palestina, que añadió que «ayer estaba completamente consciente, pero fue sedado por temor a una hemorragia interna causada por su bajo número de plaquetas en la sangre».

   El alto cargo palestino subrayó que son completamente falsas las noticias de los últimos días acerca de la agonía de Arafat, aunque reconoció que no se puede negar que la situación es «grave y complicada».

   La decisión de trasladar al presidente palestino a París la tomó, según la versión oficial palestina, su esposa, Suha Arafat, de 41 años, que vive en Francia desde hace tres años.

   Muchos palestinos y analistas se preguntan por las causa del traslado del «raís» el pasado 29 de octubre, prácticamente a morir en Francia, tras haber estado confinado desde diciembre de 2001 por el Ejército israelí en la «Mukata», la sede del Gobierno de la ANP en la ciudad cisjordana de Ramala, donde, posiblemente, habría preferido fallecer.

   Mientras se desvela el misterio que rodea a la supuesta agonía del líder palestino, sus sucesores naturales, el primer ministro, Ahmed Qurea (Abú Alá), y su antecesor en el cargo, Mahmud Abás (Abú Mazen), controlan con éxito la ANP y la OLP, la etapa de transición y han logrado alcanzar un primer acuerdo político de seguridad con las facciones palestinas de Gaza. EFE

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