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Todos estos datos relacionados con la toma de huella digitales a los caballos, son alimentados a la unidad maestra, que compila y almacena toda la información relacionada con las castañas, junto con el nombre del caballo, marcas, número de registro, fecha de nacimiento, lugar donde está el establo, nombre y dirección del propietario, así como cualquier otra cosa que se considere pertinente. La computadora, una pequeña maquinita deliciosa, ansiosa de complacer, pregunta cortésmente.“¿Está bien lo que me han alimentado?”. Si el caballo ya está en el archivo, es identificado en unos segundos y la computadora, siempre cortés volverá a preguntar. “¿No desea que busque yo otro dato?”. A cada caballo que está registrado en el archivo se le proporcionará su tarjeta de identificación propia. La cuota a pagar que se estableció por cada caballo individual fue de 35 dólares.