Tomás De Kempis

Tomás De Kempis

“Si vieres a alguno pecar públicamente o cometer culpas graves, no te debes juzgar por mejor, porque no sabes cuánto podrás perseverar en el bien”.

Esta es una de las grandes declaraciones de Tomás De Kempis, el gran teólogo y sacerdote alemán que nació en el 1380.

De él se dice que fue un hombre dedicado con profundidad a la vida espiritual mediante la oración, meditación, la contemplación, la caridad y la lectura de obras piadosas. Fue un verdadero consejero para muchas almas desorientadas. Su gran obra fue titulada “La Imitación de Cristo”, publicada en el 1472. Se dice que es el libro más vendido después de la Biblia. Para su época, ya la Iglesia Católica era altamente criticada por su estilo de vida distanciado, según los observadores, de los verdaderos principios del evangelio de Cristo. De Kempis estaba consciente de la falta, pero en lugar de sumarse a la pura crítica, sencillamente planteó que la clave para el cambio no estaba en querer cambiar toda la estructura, sino en que cada miembro de la fe se sometiera a sí mismo a una gran transformación. Unido a un grupo de amigos, llegó a profundizar enormemente en su búsqueda espiritual.

“Acaece que muchos, aunque a menudo oigan el Evangelio, gustan poco de el, porque no tienen el espíritu de Cristo. El que quiera entender plenamente y saborear las palabras de Cristo, conviene que procure conformar con Él toda su vida”, dijo.

“Vanidad es, pues, buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. También es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente”. Aunque atravesó por momentos difíciles, en su búsqueda y profundidad espiritual, De Kempis encontró la verdadera paz.

“Los que siguen su sensualidad manchan su conciencia y pierden la gracia de Dios”, escribió.

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