Tome el control de la diabetes

Tome el control de la diabetes

EFE. Reportaje. La Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo hay más de 220 millones de personas con diabetes. Los científicos, con motivo del Día Mundial de esta enfermedad, presentan las últimas líneas de investigación.

“¡Toma el control de la diabetes ya!” es, según la Sociedad Española de Diabetes, el lema elegido para conmemorar el día mundial de esta enfermedad. Cada 14 de noviembre, esta efeméride recuerda el aniversario del nacimiento de Frederick Banting, quien junto con Charles Best tuvo un papel determinante en el descubrimiento de la insulina, apunta la Organización Mundial de la Salud.

La insulina es la sustancia que regula la presencia de glucosa en la sangre. Esta hormona, secretada por el páncreas, se encarga de llevar la glucosa al interior de las células, donde será utilizada como fuente de energía.

Las personas que padecen diabetes de tipo 1 no producen la insulina que su organismo necesita y deben administrársela a través de inyecciones. “Los enfermos de diabetes tipo 1 solo se tratan con insulina”, aclara Anna Novials, endocrinóloga del Hospital Clínic de Barcelona y subdirectora científica del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas.

La diabetes de tipo 2, sin embargo, se debe a un problema en el modo en que el cuerpo genera o utiliza la insulina, indican los especialistas del sitio web “medlineplus”. Este tipo de diabetes es el más habitual. De hecho, “el 90% de los diabéticos son de tipo 2”, apunta la doctora Novials.

Para combatir la diabetes de tipo 2, la endocrinóloga hace hincapié en la importancia del ejercicio físico. “Tiene capacidad para prevenir la aparición de la enfermedad en personas con cierto riesgo de ser diabéticas”, asegura.

Asimismo, en las primeras fases de la patología, con dieta y actividad física “se puede aguantar muchos años sin pastillas”, afirma. Pero cuando esta combinación deja de ser suficiente, se hace necesario recurrir a los medicamentos. “Hay fármacos clásicos que todavía siguen vigentes  y que funcionan muy bien”, comenta.

También hay medicamentos nuevos, que ya están en el mercado, como los inhibidores de la DPP-IV y los análogos de la exenatide, comenta. Además, hay otras moléculas en fase de estudio, indica.

De hecho, la investigación en busca de nuevos tratamientos para la diabetes tiene varios frentes abiertos. Un grupo de científicos está trabajando en una posible nanovacuna contra la diabetes de tipo 1, apunta.

Algunas investigaciones intentan hallar fármacos que regeneren las células pancreáticas mientras otros científicos buscan moléculas que eviten la destrucción del páncreas, relata la doctora Novials.

Mutación genética.  Otra línea de investigación con un futuro esperanzador en el tratamiento de la diabetes es la que encabeza el doctor Antonio Luis Cuesta, endocrinólogo del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga.

El equipo del doctor Cuesta ha identificado una mutación genética que activa la enzima glucoquinasa y produce islotes pancreáticos de alta eficacia metabólica.

La glucoquinasa regula la secreción de insulina y se encarga de mantener unos niveles de glucosa en sangre normales. Las hipoglucemias severas (niveles muy bajos o críticos de azúcar en sangre) se dan cuando esta enzima se activa por encima de su nivel normal y produce una secreción mantenida de insulina.

A una niña que nació con este problema, se le extirpó el 98% del páncreas y lleva once años viviendo con solo unos 20.000 islotes pancreáticos, del millón aproximado que tiene un páncreas entero. Sin embargo, estos islotes son más grandes, tienen la capacidad de proliferar y su eficacia es muy alta.

Estudiados este y otros dos casos similares, los investigadores tratan de reproducir estos islotes en el laboratorio para incluir, mediante ingeniería genética, esa mutación en el páncreas de un donante.

Actualmente, para practicar un transplante de páncreas a un diabético se necesitan dos donantes de los que hay que extraer unos 600.000 islotes, explica el doctor Cuesta.

“Pero con lo que nosotros intentamos reproducir, con un páncreas se podría tratar a un mínimo de cinco pacientes”, subraya.

Estos pacientes podrán vivir al menos durante cinco años sin tener que inyectarse insulina, aclara el especialista. La investigación se encuentra todavía en fases iniciales pero “los primeros pasos son muy prometedores”, destaca el endocrinólogo.

El ejercicio físico

 “Tiene capacidad para prevenir la aparición de la enfermedad en personas con cierto riesgo de ser diabéticas”, asegura Anna Novials, endocrinóloga del Hospital Clínic de Barcelona y subdirectora científica del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas.

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