Nueva York, EE.UU. El viaje al Caribe de Tommy Hilfiger desfiló hoy en Nueva York lleno de influencias “reggae” y ambiente rastafari, pasado, claro, por su mirada de clase bien, y la venezolana Carolina Herrera presentó su “vie en rose” cual pieza de arte para clases adineradas en el museo de la Frick Collection.
Tommy Hilfiger sigue jugando en el terreno que mejor sabe cada vez que se acerca la Semana de la Moda de Nueva York- sin escatimar en gastos y con una ropa que, en contra de lo que suele suceder, es accesible incluso por los técnicos de sonido del desfile o los periodistas en crisis.
“Island Hopping” continúa con la tendencia de muchos diseñadores, como Diane von Furstenberg o Ralph Lauren, que este año han decidido devolverle al verano su condición vacacional y Hilfiger ha apostado por inspirarse en sus propios descansos estivales en la isla caribeña de Mustique.
Así, para mostrar su ropa, que describe como “bohemia, con un regusto a rasta y muy insular”, recreó en Nueva York una playa caribeña con su arena real, su chiringuito y su pequeño lago, en el que chapotearon las modelos.
“El agua es una de las grandes fuerzas del mundo, pero también tiene un efecto calmante. Hay un sentimiento, una vibración en ella relaja a la gente”, asegura el diseñador en una entrevista con Efe.