Tonadas para un querer en disco de Xiomara Fortuna

Tonadas para un querer en disco de Xiomara Fortuna

POR MARIVELL CONTRERAS
Lo que menos podíamos esperar los seguidores, admiradores y críticos del trabajo artístico de Xiomara Fortuna, era que nos sorprendería con un disco de corte romántico. La artista santiaguera, que ha sido protesta, denuncia y respuesta a las angustias existenciales y a las injusticias sociales, se presenta ahora como una cantante romántica.

Desde que tuvimos noticias de que estaba grabando este disco a guitarra, bajo y voz –nos lo dijo su compañera Gina Gallardo- nos imaginamos que la cosa iba por otro lado.

Por primera vez, la diva de la música raíz se embarca en esa aventura interior que significa escribir canciones de amor.

Ella que hasta hace un tiempo sostenía que no conocía el estado de embriaguez que produce el amor, ahora se desnuda ante todos con hermosas melodías y poéticas canciones para este sentimiento en su nuevo disco “Tonada para un querer”.

Lo más impactante, antes de oírlo, es la presentación del disco.  Cuando me lo entregó y le dije lo linda que me parece me contestó que ésta fue una creación del artista plástico Polibio Díaz.

Parafraseando a Juan Luis Guerra, tener el disco en las manos da la idea de que “esto pinta rosa…”.  Las letras conque se anuncia el nombre de la artista es rosado.  Tiene flores rosa, fucsia y amarillas en 5 de las 6 caras que contienen las fotos, las letras y los detalles del disco.  La única que queda presenta a una apasionada Xiomara de espaldas al mar y con los ojos cerrados.

Ya con el disco dispuesto para escucharlo, nos encontramos con que el primero es el que da título al álbum y con el que ella, acompañada de la guitarra de Rafa Payán declara que “Todo lo que tengo es lo que soy / todo lo que soy es lo que tengo / solo cuerpo, alma, risa, llanto y un sueño cargado de esperanzas”.

Una voz que sabe transmitir el sentido de lo que canta, entrega sus emociones primero  como si fuera una balada para luego ir subiendo la intensidad y cambiando los tonos mientras hurga en su alma de blues  y azul Caribe.

Luego llega la guitarra de Karel Kalaff y esa voz a ritmo de jazz que se balancea por la sinuosidad de Abismo del deseo y nos envuelve con una repetición pegajosa de “Al abismo de tenerte cerca / al abismo de tu boca ardiente / al abismo de querer algo más / al abismo de que entres en mí / al abismo…”

En la 3, también junto a Rafa Payán, aparece Cura de amor, que es lo que pide ya enamorada perdida y reconociendo en sí misma lo heredado de su amada madre “la ternura, la confianza” que la hace caminar por las calles “sin pasar de largo ante el dolor / pues siempre voy a todas partes / con mi vulnerable corazón”.

Para luego darse por vencida en la 4 (Mírame) con la ayuda del también guitarrista de los Payán, Héctor, y confesar “que no puedo cambiar mi corazón / que el muy terco insiste en vivir esta ilusión / no le importa nada, él se agita hasta que pierdo la razón”.

La 5 es la que ella pretende que abra las puertas de la radio a esta producción en la que con tanta calidad canta al amor.  Al oírla recordamos grandes voces femeninas del mundo y nos preguntamos, como lo haría antes Sonia Silvestre, ¿por qué nació una artista como ella aquí?  Pero ella ajena a esta vieja queja se hace dueña de los versos de Carmen Imbert Brugal y con las guitarras de Luis Arturo Ginebra, perjura que sí, que Se puede “claro que se puede / se puede pedir perdón / se puede decir fui yo / se puede recomenzar / se puede volver a amar”.

Al aquí y ahora y al ser y estar le dice en ton de son –con el músico Federico Méndez- en la 5, Aquí estamos “asustados… espantadas contemplando como llueven los mísiles como fiesta”.

Invitado en letra, música, guitarra y voz el cubano Said Carbonell defiende su derecho a Lo que quiera y la pone a cantar  “cada vez que sueño me acuerdo de ti / cada nuevo intento vengo a triunfar / con los ojos tristes” para luego hacerle coro “yo te dejaré un rincón azul / donde el tiempo va donde estabas tú / todo cambiará si no puede estar mi luna” y unos aplausos de coplas españolas se la van llevando poco a poco…

En la canción 8, Xiomara Fortuna le toma prestada la pluma y la musa a otro artista y hace una interpretación memorable y cortavenas de Honor a la verdad del maestro de la música dominicana Manuel de Jesús Troncoso y hasta una se pregunta ¿dónde estabas… cuando llegó el amor?

La bachata se hace presente en Ya ves, la 9 y el crédito musical lo comparten el tercero de los hermanos Payán, Luis y Oscar Ferrer

Otra apuesta por una mujer erótica y dispuesta es la que amenaza en amar Hasta el cansancio, la número 10 (no sé por qué me da con nombrar como la vellonera, sería entonces, I10) “y con la luna en la cabeza / cruzaré el azul hasta tu ventana y entre las sombras entre puntillas / entraré a tu cuarto y entre las sabanas…”

Federico Méndez la acompaña en el 11 en un hermosísimo fraseo de jazz en el que muestra los mejores matices de su voz solo diciendo “dudu du, dudu du, duuu”.

Para cerrar, ya convencidos de la calidad del disco, de la indiscutible capacidad vocal, musical y como compositora de Xiomara Fortuna, nos entrega en diciembre –o sea en el 12- y con la ejecución de Oscar Almonte se nos despide con una versión a su estilo de la ola que nos lleva y nos trae… y nos vamos con ella y con el sonido de la caracola al ritmo de “Olo leloley ololelolay” con la satisfacción que haber vivido (y hasta bebido) en una de las mejores fuentes de la música dominicana de hoy.

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